Si no hay imagen no hay conflicto
Por Luis Balcarce
La Xunta no tiene un plan sino que tiene muchos y con unos nombres que asustan: Plan Estratexia de Cooperación 2007-2013, Plan de Reequilibrio Territorial de Galicia 2007-2013, Plan Estratégico Gallego de la Infancia y de la Adolescencia 2007-2010... Al menos parece ser que nuestra burocracia estará entretenida durante los próximos años.
Separemos la paja del trigo. Esta pirotecnia legislativa es efímera y sólo responde a necesidades electorales. De los 800 millones de euros del Plan Galego de I+D+I la mayor parte irá para cubrir gasto corriente y personal. Sería fútil soñar con un Silicon Valley gallego por el mero hecho de tener unos presupuestos extraordinarios. Tampoco se reordenarán los desequilibrios rurales por más caprichosa que sea la autoridad planificadora.
De esos presuntuosos planes sólo nos quedará su simulacro como único recuerdo. La política actual consiste en teatralizar el poder, poner en escena y sacar la foto. Crear la ilusión de que todo puede cambiarse con órdenes supremas emanadas del Politburó de San Caetano.
Cuando Pérez Touriño coincidió en Vigo con un descomunal colapso sanitario en el Xeral convocó a los medios y anunció con retórica inflacionista que se estaban construyendo tres hospitales por valor de 600 millones de euros. No estaba respondiendo a la pregunta de por qué los pacientes se amontonaban en los pasillos de Urgencia sino que la estaba dilatando.
Lo mismo hizo al caerle las críticas por el incierto futuro de ese choteo al contribuyente que es la Ciudad de la Cultura. Su respuesta fue otra puesta en escena: presentar la inane Fundación Galega para a Sociedad do Coñecemento, y lanzar una inyección de 50 millones de euros. Es lo que pasa cuando la alarmante falta de gestión se traduce en promesas faraónicas de remota materialización.
En última instancia, se trata de desviar la mirada, de cambiar de tercio, de pasar página porque los conflictos no se resuelven ni se gestionan: se tapan con reclamos publicitarios, con planes faraónicos que ocuparán la portada de mañana. Una vez a Marshall McLuhan le preguntaron cómo se podía terminar la guerra de Vietnam. Su respuesta fue soprendente: "Saquen a las cámaras de televisión de allí lo antes posible". Si no hay imagen no hay conflicto.
Así se explica que el actual gobierno lleve dos años en el poder y su presencia sólo se note en las portadas de los periódicos. Estamos frente a un gobierno que simula que gobierna, que vive inmerso en un operación cuidada de imagen surtida de encuestas a la carta, mítines disfrazados de “encuentros o jornadas” y la inestimable ayuda de TVG mostrando a todas horas a un gobierno que de tan simpático parece panoli.
Luis Balcarce
1 comentario:
Coño, con perdón, suena a Plan Quinuqenial de la URSS...
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