El miedo es el arma de los totalitarios

El socialismo juega al miedo al doverman del pp, pero si alguien quiere organizarnos la vida es él. Ciertamente con una sonrisa mienten muy bien. Hablan de paz y es rendición, luego si hablan de que el pp es la extrema derecha recalcitrante es porque ellos practican la política de una extrema izquierda recalcitrante. Si acusan al foro de Ermua de crispar la vida política es porque fueron ellos los que "dieron un huevazo al zapato de un peneuvista". Si admiran el espíritu de diálogo de Otegui es porque están copiando a su dictado. Son un peligro. Antes querían ocultar la corrupción económica y la falta de ética de un GAL creado por el gobierno, luego provocaron ante un Aznar "medio lelo enfrascado con salir en las fotos de las Azores" y le acusaron de algo falso: "nos lleva a la guerra", para de seguido enfrascarnos en la guerra de Afganistán, en la del Líbano y olvidarse de que sí que ellos nos llevaron a la guerra del Golfo. Ellos hicieron guerra en la Europa del Este. Son un mundo de mentira institucional, y la mentira al "corroer el lenguaje" deshace el poder de la palabra. Dice Sarkozy que admira de Zapatero el poder de la palabra y de la poesía... en el fondo el poder de generar política ficción, realidad ficción, fuegos de artificio. Es un mago de la comunicación "de la nada", un mentiroso genial, un artista de mundos irreales donde va "caperucita" a la caza del lobo, donde la princesa envenena a la "benéfica bruja", donde los enanitos son gigantes y tienen una comuna socialista en la que esclavizan a Blanca Nieves. Y eso es así: Regás denuncia como "alienación de la mujer" su papel de hija, esposa y madre. Qué quiere ¿papel de hijo, esposo y padre? Y sus grandes logros sociales: casar maricones, negar a Dios, manipular embriones humanos, programar espectáculos blasfemos con Leo Bassi o editar estampas blasfemas en Extremadura. Un padre de la mentira antes era sinónimo de Satanás. Hoy hay un trío que va de la mano, y por orden de mentirosos, de menos a más serían: De Juana, el diablo y Zapatero.

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