lunes, abril 30, 2007

Desde mi trinchera liberal: los progretarras


Baltasar Garzón no ve vinculación suficiente entre ANV y HB. Ni siquiera ha tenido que recurrir a procesos milagrosos para explicar cómo ANV, cuya militancia cabe en un microbús, súbitamente es capaz de presentar miles de candidatos.



De nada han servido los informes policiales, recogidos también en los medios de comunicación, advirtiendo de que ANV estaba trufada de batasunos. Hasta el Boletín Oficial del Gobierno contabilizó 600 infiltrados de HB en ANV. A ver con que cabriola dialéctica nos sale ahora el País para saltar al vacío con red.


Tampoco ha tenido peso suficiente para Garzón un informe de la Guardia Civil del 2002 en el que el etarra Mikel Antxa ya planeaba utilizar a ANV como marca de recambio de Batasuna. O el encuentro que dirigentes de ambas formaciones mantuvieron en Baracaldo, corría el año 2003, en el que diseñaron un plan de colaboración cuando ya HB estaba en proceso de ser ilegalizada.
Ni siquiera la detención del dirigente de HB Gorka Murillo Etxeverría, encargado de elaborar las listas de ANV, ha descorrido el velo que nubla la visión del juez. Sigue sin ver clara la vinculación ANV-HB. Necesita una carta certificada ante notario.


Tengo como norma no criticar sentencias judiciales. Creo, o necesito creer, que los jueces actúan con independencia, con imparcialidad y con rigor. Con conocimiento de causa. Ni por un momento se me ocurre pensar que bajo su toga se esconden carnets de partido, billeteras de fondo doble o directrices del poder. Estoy convencido de ello, además, en la inmensa mayoría de los casos.


El problema con Garzón es que no acierto a discernir dónde empieza el juez y dónde el animal político y la toga mediática. ¿Dónde están las cámaras? dicen que pregunta Garzón cuando sale de su despacho. No lo puedo evitar, sufro una desconfianza instintiva hacia este político metido a juez, o viceversa. Es juez o político según la época, según el día o según la hora. Es un saltimbanqui. En la mayoría de los países esto sería intolerable. En España lo llamamos espectáculo. A veces no conseguimos jubilar la pandereta, el pan y el circo.

Me imagino la risa floja de Otegui al ver cómo triunfa su artimaña. Dijo que sin HB adiós proceso, y ahí la tienen, camuflada en ANV y con Garzón de Rompetechos. Qué satisfacción la de Otegui: todo el Estado de Derecho arrodillándose a su paso. Los progretarras en perfecta compenetración. Les interesa el juego. Les conviene la farsa. Tanto como a usted le descompone.

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