Dialéctica del bandarra Joseba Permach
Un artículo de Jesús Salamanca
Los voceros del mundo abertzale aciertan cuando insisten en que “no es posible un proceso con bombas”, pero se equivocan cuando hablan de “leyes de excepción”. Nunca un Estado de Derecho puede aplicar una ley descafeinada, ni a un grupo terrorista, ni a un ciudadano, ni a una organización por muy legal que sea. El ordenamiento jurídico es el que es y lo es para todos. Ni se contemplan excepcionalidades, ni relajamientos puntuales. Y quienes planteaban adaptar la ley a las exigencias del momento, cuando se inició el “proceso”, sería conveniente que no continuaran en la Judicatura. Una vez que han demostrado lo que por todos es conocido, ni siquiera deberían estar en los aledaños de la misma, para así evitar interferencias, desagradables sorpresas y presuntas corruptelas. Lo de siempre: la mujer del César ha de serlo y parecerlo.
Permach se contradice; aunque lo más probable es que no haya sabido hilvanar su discurso ante los medios de comunicación. Insiste en apoyar las palabras de Usabiaga y Otegi; pero cae de nuevo en lo que llama “necesidad de reflexión” acerca de la “partición de Euskal Herria o la negación del derecho a decidir”. Tal planteamiento da para toda una tesis doctoral. En una palabra: están muy alejados de la realidad. Ese tipo de ‘Hoja de Ruta’ es inservible; en esa línea no hay estrella que no acabe estrellada.
El atrevimiento del bandarra Permach, universitario y culto, pero no por ello menos abertzale o menos bandarra, se desploma cuando considera un error hablar de “pactos antiterroristas” ¿Cómo habrá que llamar a la acción que se realiza contra aquello que produce terror? ¿Es que pretende el trato de Estado a Estado? ¿Acaso el Estado de Derecho ha reprimido a alguna comunidad autónoma por sus pretensiones, requerimientos o discrepancias?
No se puede pedir a los demás un compromiso serio, y menos cuando ni siquiera lo es uno mismo. Si se refiere a la seriedad etarra o batasuna, mejor apagar las luces y salir corriendo. Visto lo visto, ni el presidente Rodríguez volverá a tomarse con seriedad cuanto proceda del entorno abertzale. ¡Y eso que era el único que se lo creía todo, cual ‘Bambi’ aturdido, hasta que ‘volvieron los cazadores’!
ETA utiliza la mentira como argumento de presión. Lo hace premeditada y repetitivamente. Aún piensan que su mentira, repetida hasta la saciedad, acabará convirtiéndose en una verdad. Y si no es esa la intención, alguien deberá explicarnos la pretensión con burdas afirmaciones como “leyes de excepción”, “persecución a la izquierda abertzale”, “políticas penitenciarias de venganza”, “mesas de partidos”, “igualdad de condiciones”, “presos políticos”,… Cómo será de retorcida la intencionalidad que ni siquiera los socialistas de Rodríguez, sus primos carnales por parte de socialismo y de marxismo, pueden atender sus requerimientos.
Los voceros del mundo abertzale aciertan cuando insisten en que “no es posible un proceso con bombas”, pero se equivocan cuando hablan de “leyes de excepción”. Nunca un Estado de Derecho puede aplicar una ley descafeinada, ni a un grupo terrorista, ni a un ciudadano, ni a una organización por muy legal que sea. El ordenamiento jurídico es el que es y lo es para todos. Ni se contemplan excepcionalidades, ni relajamientos puntuales. Y quienes planteaban adaptar la ley a las exigencias del momento, cuando se inició el “proceso”, sería conveniente que no continuaran en la Judicatura. Una vez que han demostrado lo que por todos es conocido, ni siquiera deberían estar en los aledaños de la misma, para así evitar interferencias, desagradables sorpresas y presuntas corruptelas. Lo de siempre: la mujer del César ha de serlo y parecerlo.
Permach se contradice; aunque lo más probable es que no haya sabido hilvanar su discurso ante los medios de comunicación. Insiste en apoyar las palabras de Usabiaga y Otegi; pero cae de nuevo en lo que llama “necesidad de reflexión” acerca de la “partición de Euskal Herria o la negación del derecho a decidir”. Tal planteamiento da para toda una tesis doctoral. En una palabra: están muy alejados de la realidad. Ese tipo de ‘Hoja de Ruta’ es inservible; en esa línea no hay estrella que no acabe estrellada.
El atrevimiento del bandarra Permach, universitario y culto, pero no por ello menos abertzale o menos bandarra, se desploma cuando considera un error hablar de “pactos antiterroristas” ¿Cómo habrá que llamar a la acción que se realiza contra aquello que produce terror? ¿Es que pretende el trato de Estado a Estado? ¿Acaso el Estado de Derecho ha reprimido a alguna comunidad autónoma por sus pretensiones, requerimientos o discrepancias?
No se puede pedir a los demás un compromiso serio, y menos cuando ni siquiera lo es uno mismo. Si se refiere a la seriedad etarra o batasuna, mejor apagar las luces y salir corriendo. Visto lo visto, ni el presidente Rodríguez volverá a tomarse con seriedad cuanto proceda del entorno abertzale. ¡Y eso que era el único que se lo creía todo, cual ‘Bambi’ aturdido, hasta que ‘volvieron los cazadores’!
ETA utiliza la mentira como argumento de presión. Lo hace premeditada y repetitivamente. Aún piensan que su mentira, repetida hasta la saciedad, acabará convirtiéndose en una verdad. Y si no es esa la intención, alguien deberá explicarnos la pretensión con burdas afirmaciones como “leyes de excepción”, “persecución a la izquierda abertzale”, “políticas penitenciarias de venganza”, “mesas de partidos”, “igualdad de condiciones”, “presos políticos”,… Cómo será de retorcida la intencionalidad que ni siquiera los socialistas de Rodríguez, sus primos carnales por parte de socialismo y de marxismo, pueden atender sus requerimientos.
Jesús Salamanca Alonso
Publicado en: El blog de Jesús Salamanca Alonso
Análisis actual en clave de política liberal
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