martes, diciembre 19, 2006

Nunca hubo víctimas


Imagino que el siguiente escalón en la estrategia del gobierno respecto a ETA (ya no me atrevo a decir frente a ETA) será negar que jamás hayan existido víctimas del terrorismo. Después de lanzar, como gran demostración de la falacia de la AVT, la especie de que uno de los participantes en la cabecera de la manifestación no era en realidad una víctima, no queda más que negar que el terrorismo haya causado alguna vez alguna víctima. Probablemente los tullidos se automutilaron, los difuntos fallecieron de muerte natural o por suicidio, o tal vez nunca murieron, como Elvis, y los secuestrados tuvieron en realidad una escapadita con sus amantes. Me disculparán este humor negro, pero es que no se me alcanza a imaginar qué pretende el PSOE insultando de esta manera a las víctimas. Muy nerviosos han de sentirse para llegar a este extremo de infamia, que ni siquiera puede reportarles réditos electorales… o así quiero creerlo. O muy claro han de tener que sólo les vale el enfrentamiento frontal y a muerte, sin cuartel ni prisioneros. Mucho les ha de ir en el envite, si no no se entiende que alcancen estos grados de miseria moral. Bien es cierto que la catadura de personajes como José Blanco o Diego López Garrido debería tenernos ya curados de espantos, y preparados para afrontar cualquier golpe bajo, pero éste es superior (inferior, más bien) a todo lo imaginable.

En ocasiones, más que las decisiones políticas, por graves y equivocadas que sean, basta un gesto que demuestre el nivel moral de quienes nos gobiernan para comprender que nada bueno puede esperarse. Ha estado bien Rajoy plantándose con una durísima carta. Espero que su colofón sea suspender la prevista reunión del viernes en la Moncloa si antes no se ha producido la disculpa que exige.


Germont

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