Ni un solo voto del PP a CiU
Ni un solo voto del PP debe ir a parar a CiU. En estas elecciones el voto útil ha de pasar a la historia, por varias razones.
Primera, porque ahora ya no rige aquella idea de que “como las cosas importantes se deciden en Madrid, en las elecciones nacionales se vota al PP, pero en las autonómicas podemos votar a los convergentes, que son como más próximos”. Ahora, con el nuevo estatuto, casi todo se decide en Cataluña. Las competencias de la Generalitat con el nuevo texto son las propias de un estado, y conviene tener claro en qué manos se van a poner. Todo se decidirá aquí, y es de una enorme imprudencia poner tal poder de decisión en manos de un partido sin ideología como es CiU. En efecto, CiU ha pactado indistintamente con PSOE y con PP, lo cual evidencia que su trayectoria no sigue más criterio que el afán por ocupar el poder amparados bajo el manto de Cataluña.
Segunda, porque ninguna persona que en alguna ocasión haya votado al PP o se haya planteado hacerlo puede aceptar las gratuitas ofensas y desprecios de que le están haciendo objeto los líderes de CiU. Desde la afirmación pujolista de que “aliarse con el PP es moralmente imposible” hasta la firma de un acta notarial comprometiéndose a no pactar con los populares, los insultos se suceden y eso hay que corresponderlo no regalándoles ni un solo voto más allá de los de sus propios seguidores.
Tercera, porque resulta evidente que CiU no podrá gobernar sola, y por tanto deberá aliarse o con ERC o con el propio PSC, ya que por sí misma ha descartado el apoyo popular. ¿Alguien que haya votado al PP en elecciones nacionales está dispuesto a dar su voto para un gobierno en el que Carod pueda ser conseller en cap?
Primera, porque ahora ya no rige aquella idea de que “como las cosas importantes se deciden en Madrid, en las elecciones nacionales se vota al PP, pero en las autonómicas podemos votar a los convergentes, que son como más próximos”. Ahora, con el nuevo estatuto, casi todo se decide en Cataluña. Las competencias de la Generalitat con el nuevo texto son las propias de un estado, y conviene tener claro en qué manos se van a poner. Todo se decidirá aquí, y es de una enorme imprudencia poner tal poder de decisión en manos de un partido sin ideología como es CiU. En efecto, CiU ha pactado indistintamente con PSOE y con PP, lo cual evidencia que su trayectoria no sigue más criterio que el afán por ocupar el poder amparados bajo el manto de Cataluña.
Segunda, porque ninguna persona que en alguna ocasión haya votado al PP o se haya planteado hacerlo puede aceptar las gratuitas ofensas y desprecios de que le están haciendo objeto los líderes de CiU. Desde la afirmación pujolista de que “aliarse con el PP es moralmente imposible” hasta la firma de un acta notarial comprometiéndose a no pactar con los populares, los insultos se suceden y eso hay que corresponderlo no regalándoles ni un solo voto más allá de los de sus propios seguidores.
Tercera, porque resulta evidente que CiU no podrá gobernar sola, y por tanto deberá aliarse o con ERC o con el propio PSC, ya que por sí misma ha descartado el apoyo popular. ¿Alguien que haya votado al PP en elecciones nacionales está dispuesto a dar su voto para un gobierno en el que Carod pueda ser conseller en cap?
En esta convocatoria más que nunca, los votantes del PP han de mantener su voto en la misma opción que escogerían en las elecciones al Congreso. Está claro que no van a obtener la victoria, pero sería insensato dar el voto a cualquier otra opción y también lo sería quedarse resignadamente en casa. Las alternativas son nefastas, las peores que jamás han aspirado a gobernar Cataluña: Carod Rovira, Mas, Montilla y Saura. Y no perdamos de vista que el resultado del PP en Cataluña va a ser explotado políticamente por Zapatero si no es aceptablemente bueno.
Germont
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