martes, marzo 21, 2006

Cómo asesinar a Mozart

Si Salieri viviera, escogería Barcelona como lugar de residencia. Anoche, Mozart fue asesinado sobre las tablas del Gran Teatro del Liceo. Os sitúo: Idomeneo, ópera en tres actos. Cosa de cretenses, troyanos, griegos de diversas procedencias, Electra, Agamenón, unas gotas de mitología a cargo de Neptuno, un monstruo marino que aterroriza a los habitantes de Creta,... Bien.

Escenografía: un cubo hueco e inclinado, lleno de agujeros por los que los protagonistas entran y salen con más pena que gloria, fiel reproducción de un stand reciclado de la feria Alimentaria. Personajes y vestuarios que deambulan por la escena: unos cuantos vestidos con uniformes militares a medio camino entre nazi y soviético. Unos marines en traje de campaña que custodian a unos cuantos presos ataviados a la usanza de los torturados de Abi Ghraib. Un ballet con vestimenta versallesca. Una docena de nazarenos (sí, nazarenos), algunos de ellos paseando por la platea y algún palco del anfiteatro. Unos cuantos camarareros de brasserie francesa. Una puta (Electra, que además esnifa coca cuando se pone nerviosa porque el tal Idomeneo bebe los vientos por otra). El tal Idomeneo, vestido de calle como para ir a comprar el pan un domingo por la mañana. Un par de almirantes de opereta. Un mecánico que va trasteando por la escena sin motivo aparente. Movimientos escénicos absurdos, cantantes que se ven obligados a realizar auténticos equilibrios, no ya vocales, que para eso cobran, sino físicos, saltando muros, descolgánse por paredes o deambulando encapuchados bajo la atenta vigilancia de los marines con sus fusiles ametralladores.

En fin. Afortunadamente, la música de Mozart puede con esto y con lo que cualquier escenógrafo de tres al cuarto pueda vomitarle encima. Y además, no es la primera vez que una obra importante es sacrificada en público en el Liceo en el altar del progresismo, de la modernidad, de la provocación vana y gratuita, del "épater le bourgeois" como única filosofía "artística". Hace dos o tres semanas, el pobre Otello tuvo que estrangular a Desdémona sobre el suelo, ante la absoluta carencia de mobiliario a la que el escenógrafo de turno condenó a todo el reparto, que tuvo que desenvolverse dentro de un inmenso cubo (mira, otro cubo...) rojo, inclinado en una pendiente imposible y vacío, totalmente vacío. Tampoco hace tanto que Moisés y Aarón pululaban desnortados en torno a un monte Sinaí que, de tan simbólico, estaba constituido por una escalera de mano. Amarilla, eso sí. Las Walkirias moteras, con chupas de cuero tampoco estuvieron mal, aunque la palma se la llevó el Ballo in maschera en que una docena de ejecutivos aparecían en la primera escena cagando en sendos inodoros. El público, que aquel día debía estar formado por hordas fachas, se tomó la libertad intolerable de abuchear al director de escena, que sin embargo tuvo al día siguiente las mejores críticas de la intelectualidad progre.

Esto es Barcelona, queridos amigos, la meca del progresismo, la modernidad y la cultura alternativa. Aquí todo vale con tal de que sea moderno, progre, escandaloso, obsceno, provocador, alternativo. Es la maravillosa capital de la futura Cataluña independiente, falso espejo que algún día estallará en mil pedazos, cuando quede reducida a simple capital del botellón, del vandalismo, de la anarquía, de la suciedad, mientras las élites intelectuales y chic aplauden con las orejas la decadencia de una ciudad cosmopolita que, como alguien muy bien definió, va camino de convertirse en un Sabadell con puerto de mar. Con perdón para Sabadell, claro.


Germont

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Para mi Barcelona es un paraìso pero estoy de acuerdo contigo: una ciudad maravillosa arriesga de transformarse en un enfierno.

Domenico
www.ilmegafono.net

Anónimo dijo...

Preveo una Traviata con Alfredo como obrero de la construcción, Violeta como dependienta en una tienda, Germont , alcoholizado ,trabajando en una fábrica y Flora convertida en limpiadora de la tienda donde trabaja Violeta a quien sus vida promiscua llevará a coger el sIDA que acabará por matarla finalmente.
Los coros correrán a cargo de los pandilleros de la calle, ya que todo ello tendrá lugar en Harlem. . Lo que no consigo atisbar en qué pueden hacer con Annina. Se aceptan apuestas. Viva la modernidad.

Anónimo dijo...

Si, soy yo en la foto.
Claro que quiero intercanviare el link. Muchas gracias. ;-)