martes, noviembre 22, 2005

El señor de la bufanda madridista aplaudía a Artur Mas

Existe un determinado tipo de prensa, empeñado en ir dando continuas lecciones de lo que a su juicio es la moderación, la centralidad, la realidad, etc., casi siempre con el fin de atacar a quienes no comparten sus posiciones ideológicas. Este comportamiento alcanza casi la excelencia en la prensa catalana, particularmente en las edulcoradas y melifluas editoriales de La Vanguardia, que aprovecha cualquier oportunidad para ello.

Esta conducta ha quedado patente en el descarado modo de aprovecharse del último partido Madrid-Barça; concretamente en la de la imagen del caballero que enfundado en su bufanda madridista aparece aplaudiendo. Quien le iba a decir que realmente sus aplausos no iban dirigidos posiblemente a Ronaldinho ni a castigar a un entrenador y a una directiva, no¡¡¡, sus aplausos eran para la moderación, ese señor, para La Vanguardia, era la España real, la que no está crispada, la
que no hace caso a los irresponsables llamamientos de los agoreros de siempre que amenazan con la destrucción de España, la que no se manifiesta en las calles contra el gobierno con pretextos banales como la unidad de España o la educación de sus hijos, la que no hace caso de proclamas incendiarias provenientes casi siempre de la caverna mediática o del PP; ese señor estaba aplaudiendo a Artur Mas, y digo Artur Mas, porque es todo un ejemplo de moderación para ese periódico al haber afirmado ayer que no descarta alcanzar los objetivos del estatut por etapas, esa es la moderación que aplaudía el señor de la bufanda, pero por que no, también podía estar aplaudiendo a Manuela de Madre, y hasta a Montilla, incluso a Carod y siempre a Rodríguez y es que esos nombres recogen la esencia de la moderación, y es que como dice textualmente La Vanguardia en su editorial "al otro lado también hay gente dispuesta a escuchar propuestas razonables", como la de Mas naturalmente, que viene a ser la independencia pero en cómodos plazos.

Ironías aparte, este no es sino un ejemplo más de cómo sacar partido a una circunstancia, cualquier circunstancia vale, con objeto de arrinconar al Partido Popular, aplicar el pacto del Tinell en la calle y en cualquier rincón de la sociedad, arrojar al PP a las tinieblas es su objetivo está claro.

Debemos ser los mismos ciudadanos quienes vayamos desmontando esta estrategia, no consintamos que se pretenda prescindir del voto de 10 millones, aunque a buen seguro ya somos más.

Jarim

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