lunes, octubre 31, 2005

El origen de la mentira científica

También podría titularse " El origen del abuso de la mentira por la izquierda progre"

En el inicio del liberalismo, los liberales creían que de la libertad saldría la verdad. Pero parece que el camino es inverso: la verdad nos hace libres.
Los liberales creían en la fidelidad de referencia, en la garantía de las fuentes del conocimiento, para conocer la verdad; por eso no podían creer en la mentira, a lo mucho en el error.

Fueron los movimientos revolucionarios quienes implantaron la doctrina de que el fin justifica los medios, dando consistencia al uso de la mentira.

El gran teorizante de la mentira fue Bakunin , un aristócrata y nihilista ruso a quien Dostoyevsky pintó en el personaje Stabrogin, de "Los endemoniados". Para él el revolucionario debe conculcar los principios morales para hacer la revolución. Entre otros el principio moral de la verdad.

Sin embargo Marx fue más lejos que Bakunin. Para Marx las ideas morales son doctrinas de clase, que cada clase social tiene las suyas, y por lo tanto las masas obreras no necesitan profesar ningún esfuerzo para contraponerse a la moral burguesa; simplemente seguir su inclinación.

Bakunin exigía cierto heroísmo, navegar contracorriente. A Marx le bastaba con el interés de clase, de la clase trabajadora: Verdad es lo que conviene a la dictadura del proletariado; mentira lo que la contraría.

Por supuesto que antes de Bakunin y Marx se usó la mentira en la política: a María Antonieta le
inventaron que se había dejado regalar un collar de diamantes por el vanidoso cardenal de Rohan; luego, a la Zarina de Rusia le pintaron los revolucionarios como espía de Alemania; en España, a mediados del siglo XVIII se hizo creer que los frailes envenenaban las fuentes….

Pero la justificación sistemática de la mentira como arma política surgió con la difusión de las doctrinas de Bakunin y Marx. El daño causado a la humanidad ha sido letal. Pensemos que todas las esperanzas de la humanidad , todos los sueños de progreso, de la civilización y la cultura, se basan en la posibilidad de exigir a todos los hombres una misma veracidad en la información. Figuraos que todos los periódicos dicen, un día sí y otro también, que los habitantes de Andorra son unos monstruos, sin sentimientos, que los libros lo enseñan así, que se repite en las bocas y que millones de españoles se crían sin tener otra idea que esa falsedad. A lo mejor llegan a creer que el mejor servicio que se puede hacer es acabar con los infames monstruos andorranos.

¿No ocurre algo parecido en España respecto de la satanización de la derecha?

Bachiller

viernes, octubre 28, 2005

El efecto montilla


El Ministro Montilla, desde su llegada al Gobierno, se ha caracterizado por su apoyo a determinadas sociedades mercantiles catalanas, en especial a la Caixa. Este apoyo a la Caixa no se ha limitado al reciente intento de Opa sobre Endesa, pues viene de antes.

Por ejemplo La Caixa es una importante accionista de Repsol, que se ha visto beneficiado, espectacularmente, por los criterios para fijar la subida y bajada del precio de la gasolína. Criterios muy contrarios a los de Aznar-Rato, que contuvieron la voracidad recaudatoria de las distribuidoras españolas de petróleo.

Y tanto provecho ha obtenido Repsol con la llegada de Montilla al Gobierno que en este gráfico se aprecia la evolución de sus acciones en los últimos dos años. Puede verse que el "efecto Montilla" sobre Repsol ha sido un efecto rampante.
Cliquea aquí si quieres ver el gráfico de forma más detallada

jueves, octubre 27, 2005

Los amigos de Montilla

¿Porqué ha bajado tan poco el precio del gasóleo y gasolina en lo que llevamos de octubre? ¿Porqué el gasóleo sólo ha bajado 2,2 ptas/litro? ¿Porqué la eurosuper ha bajado sólo 6,3 ptas/litro?

Estas bajadas son exiguas sin las comparamos con el precio del barril, que ha bajado muchísimo más en lo que llevamos de mes: 76 $ el gasóleo de automoción y 142 $, la eurosuper.

La explicación de esta mínima bajada en el bolsillo del consumidor es muy sencilla: en tiempos de Aznar se alcanzó un acuerdo con las distribuidoras de petróleo (Repsol, BP..) para que el margen de distribución de los productos derivados del petróleo fuera igual a la media de los márgenes de los cinco grandes países de la eurozona. (En tiempos de González no estaba liberalizado el producto, luego no cabía acuerdo alguno)

Cuando llegó Montilla al Ministerio de Industria (recordemos que Montilla no tiene estudios y, en su descargo, no se puede presumir que sepa hacer una regla de tres, o calcular el porcentaje de una cifra...) anuló el acuerdo anterior y dejó en libertad a los suministradores para fijar los precios.

En España el suministro de petróleo no está absolutamente liberalizado, puede decirse que es un oligopolio pues la posición de Repsol es bastante dominante (y Repsol está fuertemente participada por Gas Natural...) De manera que toda subida irracional de los precios, o toda bajada minúscula de los mismos, beneficia a los amigos de Montilla.... a Repsol.

Comparación de la bajada de precios de haberse mantenido el criterio del PP:

Si el margen de distribución de las gasolinas se hubiera hecho con los criterios anteriores, durante el mes de octubre (exactamente del 1 al día de hoy, 25 de octubre) las bajadas hubieran sido las siguientes:










Bajada con MontillaBajada con Aznar
gasóleo de automoción2.2 ptas/l9.2 ptas/l
Eurosuper6.3 ptas/l14.6 ptas/l


Beneficios extras de las petroleras (del 1 al 25 de octubre) por no haber aplicado el criterio del PP:

Gasóleo de automoción
20.000 millones de ptas

Eurosuper
8.000 millones de ptas


Bachiller

martes, octubre 25, 2005

Soy facha

Alfonso Ussia publica en su columna un mensaje de un buen amigo.


Me siento español y quiero sin límites a mi Patria. Soy un facha.
Mis escasas ¿por la edad? actividades políticas durante el franquismo fueron rotundamente antifranquistas. Pero soy un facha.
Voté con ilusión y entusiasmo a favor de la reforma política y en el «referéndum» de la Constitución. Pero soy un facha.
Creo en el principio de solidaridad entre los territorios de España, y defiendo que los más favorecidos tienen que ayudar a las autonomías más deprimidas. Pero soy un facha.
He estado, estoy y estaré siempre del lado de la libertad, pero soy un facha.
Me repugnan las dictaduras y las tiranías, de un signo o de otro, pero soy un facha.
Creo en la independencia del Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo y el Poder Judicial. Precisamente por ello, soy un facha.
Creo que no hay ninguna nación en Europa más abierta a la descentralización administrativa que España. Y soy un facha.
Creo en la obligación moral y ética, como parte de la sociedad de una nación desarrollada, de acoger y ofrecer toda clase de oportunidades a los inmigrantes. Y soy un facha.
Creo en la libertad de opinión y de expresión, y, por ello, soy un facha.
Creo que la administración del dinero público no consiste en el despilfarro, las ayudas personales o las inversiones ruinosas e innecesarias, y soy un facha.
Creo en Dios y en la civilización y humanismo cristianos, de ahí mi condición de facha.
Creo en la libertad de los padres para elegir la educación de sus hijos, y soy un facha.
Creo en el individualismo y recelo del colectivismo, y soy un facha.
Creo en la igualdad de oportunidades y en la obligación de los poderosos de contribuir al equilibrio de los débiles, y soy un facha.
Creo en el honor, en la lealtad, en el amor y en la honestidad. Y soy un facha.
No creo en los nacionalismos excluyentes, étnicos e históricamente inventados, y soy un facha.
No creo en el rencor como instrumento fundamental para ejercer la política, y soy un facha.
Creo en el perdón y la reconciliación de todos los españoles, y soy un facha.
Creo que el futuro de España y de cuarenta millones de españoles no puede continuar en manos de unas minorías antiespañolas y chantajistas. Y lo creo porque soy demócrata, pero soy un facha.
Creo en el latín y en el griego, en la Poesía y en el Arte, en la palabra y el trazo, y soy un facha.
Creo lo mismo en Manuel que en Antonio Machado, prueba irrefutable de que soy un facha.
Creo que ser español y sentirse español es tan duro como maravilloso, y soy un facha.
Creo en los símbolos y en las emociones, y soy un facha.
Creo en la Justicia, y soy un facha.
Creo que los asesinos no pueden tener más privilegios que las familias de los asesinados, y soy un facha.
Creo en la siembra del sentido común regado con la sangre de mil españoles inocentes, y soy un facha.
Creo en la vigencia de nuestra Constitución, en sus amparos y en sus obligaciones. Y soy un facha.
No creo en la división de España y en el establecimiento de diferencias entre los españoles, y soy un facha.
Pues eso, ¡qué le voy a hacer! Soy un facha.

"La derecha no me ha enseñado nada” (ZP dixit)

Nunca ZP ha sido tan sincero sobre su formación adémica, como en las declaraciones a una revista feminista.

ZP (nacido a principios de los sesenta) acudió de niño a un colegio que impartía docencia sujeta al régimen franquista, docencia de derechas. Al parecer al niño ZP no le gustaba recibir aquel tipo de educación infantil. Ponía morros, se cruzaba de brazos y negábase a leer “mi mamá me mima, yo amo mucho a mi mamá” Dieron que hablar sus berrinches y rabietas infantiles contra aquella ignominiosa pedagogía de derechas.

Más tarde (metidos en los setenta) hizo el bachillerato, de nuevo bajo criterios educativos franquistas. Y como de la derecha nunca ha aprendido nada, el bachillerado ZP terminó el bachiller tan ignorante como lo empezó.

Luego estudió derecho, ya metidos en la transición, con UCD. Otra vez los criterios educativos de la derecha ahogaban el espíritu abierto y conciliador de un joven universitario que no dudó en revelarse contra tamaña imposición, para no quedar contaminado. En efecto tampoco ZP, en la universidad centrista, aprendió nada de la derecha y, de este modo, el mancebo acabó la carrera tan necio como la empezó. Puede afirmarse que ZP entró en la universidad, mas la universidad no entró en ZP.

Esta reconocida y sincera ausencia de aprendizaje ¿explica que estemos ante un hombre tan inculto? Probablemente. Este tipo reconoce que es un ignorante.

Nunca podremos decir de él lo que se dice de otros: “Es tan ignorante que ignora su propia ignorancia”. ZP la reconoce y la publica en Mariclaire.

Bachiller

martes, octubre 18, 2005

El hecho diferencial catalán.

El espectáculo al que nos viene sometiendo el Gobierno autonómico de Cataluña en los últimos meses es, sencillamente, inaudito. Prescindo ya de los nombramientos de los hermanísimos en la constitución del primer gobierno catalán; un caso de flagrante nepotismo es pecata minuta en comparación con lo que nos quedaba por ver ; podemos olvidarnos, si lo deseáis, de la respuesta del ejecutivo ante una catástrofe como la del Carmelo.No pasa nada.

Es infinitamente más complicado perder de vista el pequeño detalle de que el máximo representante del Ejecutivo regional haya acudido a una reunión con una banda terrorista y que haya compartido mesa con unos sujetos considerados prófugos por el sistema judicial del país que le paga el sueldo , acusados -nada menos que - de pertenecer a una banda terrorista que ha sembrado la calles del mil cadáveres durante tres décadas ; significativamente, el mayor atentado indiscriminado de la banda tuvo lugar en Barcelona, donde 22 personas encontraron la muerte por cometer la osadía de hacer la compra. Sigue sin pasar nada.

Pocos meses después, asistimos a una acusación por parte del presidente del actual ejecutivo que se dirigía al líder del partido del gobierno saliente acusándolo abiertamente del cobro de comisiones. Otra vez, no ha pasado nada.

Lo mejor, sin embargo, estaba por llegar. La caterva de hermanitos, primos y demás familia ,ausentes del Carmelo, negociadores con los asesinos de , entre otros muchos, los ciudadanos de segunda caídos en Hipercor y transigentes con los malversadores de fondos públicos ,pasaban sus ratos ociosos que, sin duda, eran los más del año , ideando un engendro legislativo que tenía como único objetivo, amparar a la famiglia, tal como Mario Puzzo la ideó en su célebre obra. El hecho de volver patas arriba el marco legal de la nación, tirar a la basura el principio de soberanía nacional, poner contra las cuerdas al Congreso de los Diputados, al gobierno de la Nación, al principal partido que lo sustenta, al Jefe del Estado , conculcar el derecho de igualdad ante la ley y romper el sistema de financiación pública, poco importaba. Desestabilizar todas las instituciones que sustentan la nación, generar una incertidumbre política y económica que pagaremos todos era un precio barato para entretener a estas hordas.
Una vez " servido el drama" según vaticinio de los augures de San Jaume, asistimos a otro espectáculo bochornoso. El capo ha decidido elevar al la categoría de conseggiere a su hermanito mientras que sus socios de gobierno y su propio partido montan en cólera.
El capo se empecina en que es su responsabilidad- no le falta razón- la elección de los miembros de su gobierno; su partido- mejor, sus partidos- redactan una reprobación que difunden a todos los medios de comunicación para divertimento y escarnio de todos los políticos del país.
¿ Cuáles son las pretensiones de Maragall con este nuevo esperpento, además de la evidente de colocar a su hermanito? Maragall pretende acentuar más si cabe el hecho diferencial catalán que consiste, básicamente, en el enconamiento,empecinamiento ,tribalismo, trivialismo, irresponsabilidad , cobardía y laxitud de una sociedad putrefacta - la catalana- que tiene exactamente la clase política que merece, al igual que el resto de los españoles. En eso consiste el hecho diferencial catalán, y ahí se resume el reclamo turístico de "Spain is different".
Aldonza

Deconstruyendo el estatuto - 16

Artículo 34. Derechos lingüísticos de los consumidores y usuarios

Todas las personas tienen derecho a ser atendidas oralmente y por escrito en la lengua oficial que elijan en su condición de usuarias o consumidoras de bienes, productos y servicios.
Las entidades, las empresas y los establecimientos abiertos al público en Cataluñaquedan sujetos al deber de disponibilidad lingüística en los términos establecidos por ley.

Artículo 35. Derechos lingüísticos en el ámbito de la enseñanza
1. Todas las personas tienen derecho a recibir la enseñanza en catalán, de acuerdo con lo establecido por el presente Estatuto. El catalán debe utilizarse normalmente como lengua vehicular y de aprendizaje en la enseñanza universitaria y en la no universitaria.
2. Los alumnos tienen derecho a recibir la enseñanza en catalán en la enseñanza no universitaria. Tienen también el derecho y el deber de conocer con suficiencia oral y escrita el catalán y el castellano al finalizar la enseñanza obligatoria, sea cual sea su lengua habitual al incorporarse a la enseñanza. La enseñanza del catalán y el castellano debe tener una presencia adecuada en los planes de estudios.
3. Los alumnos tienen derecho a no ser separados en centros ni en grupos de clase distintos por razón de su lengua habitual.
4. Los alumnos que se incorporen más tarde de la edad correspondiente al sistema escolar de Cataluña gozan del derecho a recibir un apoyo lingüístico especial si la falta de comprensión las dificulta seguir con normalidad la enseñanza.
5. El profesorado y el alumnado de los centros universitarios tienen derecho a expresarse, oralmente y por escrito, en la lengua oficial que elijan.


Aquí empiezan las curvas. Se traslada al texto “constitucional” la normativa sobre política lingüística que obliga a entidades y empresas, comercios y despachos, a disponer lo necesario para que cualquier consumidor pueda ser atendido en catalán. No ya entendido, sino atendido. Es decir, que el consumidor fija la lengua en que ha de contestarle el dependiente. Y si no lo hace, será denunciable en las magníficas oficinas que la gestapo lingüística tiene establecidas en Cataluña. Dicho de otro modo: si no hablas catalán, puedes ser multado, ésa es la consecuencia práctica.

Y en cuanto a la enseñanza, más claro agua: todos tiene derecho a recibir la enseñanza en catalán. ¿Y en castellano? Huy, qué olvido más tonto... pues no, mira, eso no está contemplado. Es bueno, aunque reiterativo, recordar que nos hallamos ante el estatuto de autonomía, o sea, la ley fundamental de la Comunidad. Pues bien, en ella se llega a establecer incluso cuál ha de ser la lengua en que se enseñe, e incluso la lengua vehicular en los centros. O sea, en qué idioma se ha de hablar por los pasillos. Alucinante. Libertad se llama esta figura.

Luego está el retorcimiento de los preceptos para dar a entender justamente lo contrario de lo que ocultan:
3. Los alumnos tienen derecho a no ser separados en centros ni en grupos de clase distintos por razón de su lengua habitual.
4. Los alumnos que se incorporen más tarde de la edad correspondiente al sistema escolar de Cataluña gozan del derecho a recibir un apoyo lingüístico especial si la falta de comprensión las dificulta seguir con normalidad la enseñanza.

Esto, en román paladino, significa justamente lo contrario: los alumnos no tienen derecho a disponer de clases o grupos en castellano. Y los que no entienden catalán (solo por incorporarse más tarde al sistema educativo catalán, cualquier otra causa es impensable) deberán aprenderlo por narices si quieren estudiar, así que se les someterá a una inmersión especialmente meticulosa ... perdón, quiero decir que recibirán un apoyo especial. No fuese que les diese por estudiar en castellano, vamos, qué tontería.


Germont

Decontruyendo el estatuto – 15


Artículo 33. Derechos lingüísticos ante las administraciones públicas y las instituciones estatales
1. Los ciudadanos tienen el derecho de opción lingüística. En las relaciones con las instituciones, las organizaciones y las administraciones públicas en Cataluña, todas las personas tienen derecho a utilizar la lengua oficial que elijan. Este derecho obliga a todas las instituciones, organizaciones y administraciones públicas, incluida la Administración electoral en Cataluña, y, en general, a las entidades privadas que dependen de las mismas cuando ejercen funciones públicas.
2. Todas las personas, en las relaciones con la Administración de justicia, el Ministerio Fiscal, el notariado y los registros públicos, tienen derecho a utilizar la lengua oficial que elijan en todas las actuaciones judiciales, notariales y registrales, y a recibir toda la documentación oficial emitida en Cataluña en la lengua solicitada, sin que puedan sufrir indefensión ni dilaciones indebidas debido a la lengua utilizada, ni se les pueda exigir ningún tipo de traducción.
3. Para garantizar el derecho de opción lingüística, los jueces y los magistrados, los fiscales, los notarios, los registradores de la propiedad y mercantiles, los encargados del Registro Civil y el personal al servicio de la Administración de justicia, para prestar sus servicios en Cataluña, deben acreditar, en la forma establecida en el presente Estatuto y las leyes, que tienen un nivel de conocimiento adecuado y suficiente de las lenguas oficiales, que los hace aptos para ejercer las funciones propias de su cargo o su puesto de trabajo.
4. Para garantizar el derecho de opción lingüística, la Administración del Estado situada en Cataluña debe acreditar que el personal a su servicio tiene un nivel de conocimiento adecuado y suficiente de las dos lenguas oficiales, que lo hace apto para ejercer las funciones propias de su puesto de trabajo.
5. Los ciudadanos de Cataluña tienen el derecho a relacionarse por escrito en catalán con los órganos constitucionales y con los órganos jurisdiccionales de ámbito estatal, de acuerdo con el procedimiento establecido por la legislación correspondiente. Estas instituciones deben atender y deben tramitar los escritos presentados en catalán, y no pueden exigir a la persona interesada la traducción al castellano.


Casi es innecesario añadir nada. Pero conviene resaltar algunas cuestiones:

- Ningún juez que no sepa catalán podrá ejercer en Cataluña. Ni un notario, registrador, funcionario de justicia o de cualquier otro ministerio de la administración del Estado.
- Los catalanes pueden dirigirse en catalán a los órganos jurisdiccionales y constitucionales del Estado.
- Pero sobre todo, leed con calma los dos primeros puntos, que son sutiles: el ciudadano tiene derecho no ya a expresarse en catalán, sino a recibir en el idioma que elija toda la documentación oficial de la administración de justicia, fiscalía, notariado y registros. Pero no la de la Generalitat. O sea, que no puedes pedirle a la Generalitat que te entregue en castellano, qué sé yo, la convocatoria de un concurso público. Pero sí puedes pedirle a un juez o registrador o notario que te entregue sus documentos en catalán.

Las consecuencias son claras: se cierra la comunidad autónoma catalana a la presencia de funcionarios públicos de fuera de Cataluña.. La nación étnica en su máxima expresión, y la igualdad de todos los españoles a hacer puñetas.



Germont

Deconstruyendo el estatuto – 14


Artículo 19. Derechos de las mujeres
1. Todas las mujeres tienen derecho al libre desarrollo de su personalidad y capacidad personal, y a vivir con dignidad, seguridad y autonomía, libres de explotación, malos tratos y todo tipo de discriminación.
2. Las mujeres tienen derecho a participar en condiciones de igualdad de oportunidades con los hombres en todos los ámbitos públicos y privados.
Artículo 20. Derecho a morir con dignidad
1. Todas las personas tienen derecho a vivir con dignidad el proceso de su muerte.
2. Todas las personas tienen derecho a expresar su voluntad de forma anticipada para dejar constancia de las instrucciones sobre las intervenciones y los tratamientos médicos que puedan recibir, que deben ser respetadas, en los términos que establecen las leyes, especialmente por el personal sanitario cuando no estén en condiciones de expresar personalmente su voluntad.


En el capítulo 13 de esta saga hemos visto cómo se reconocían unos determinados derechos sociales a todos los ciudadanos. Pues bien, ahora a las mujeres. Supongo que se quiere demostrar lo mucho que se las considera, pero lo cierto es que al repetir específicamente para ellas lo que ya se ha establecido con carácter general para todas las personas, a mi modo de ver se las está discriminando. Eso sí, será una discriminación positiva... y sobre todo de cara a la galería.

Y luego viene una de las mayores pruebas de lo escorada hacia una determinada ideología que está este texto. El estatuto reconoce el derecho de las personas a vivir con dignidad el proceso de su muerte. Como si dos cosas tan íntimas como la dignidad y el momento de morir pudiesen necesitar la protección de la Generalitat. Es el gran hermano tripartito, que está dispuesto a vigilarnos desde que nacemos hasta que morimos. Echo algo en falta: “todos los ciudadanos tienen derecho a morir en catalán”.


Artículo 23. Derechos en el ámbito de la salud
1. Todas las personas tienen derecho a acceder en condiciones de igualdad y gratuidad a los servicios sanitarios de responsabilidad pública, en los términos que se establecen por ley.
2. Los usuarios de la sanidad pública tienen derecho al respeto de sus preferencias en lo que concierne a la elección de médico o médica y de centro sanitario, en los términos y las condiciones que establecen las leyes.
3. Todas las personas, con relación a los servicios sanitarios públicos y privados, tienen derecho a ser informadas sobre los servicios a que pueden acceder y los requisitos necesarios para su uso; sobre los tratamientos médicos y sus riesgos, antes de que les sean aplicados; a dar el consentimiento para cualquier intervención; a acceder a la historia clínica propia, y a la confidencialidad de los datos relativos a la salud propia, en los términos que se establecen por ley.

Este os lo traigo por algo enternecedor: a la mitad del párrafo segundo, el derecho a la elección de ¡¡¡médico o médica!!! No me diréis que no es genial. Claro que, digo yo, si elijo médica porque no me gusta que me toque un tío con barba, ¿estaré discriminando por machismo? Ay, no sé...


Germont

Deconstruyendo el estatuto – 13

Artículo 11. Arán
1. El pueblo aranés ejerce el autogobierno mediante el presente Estatuto, el Conselh Generau de l’Aran y las demás instituciones propias.
2. Los ciudadanos de Cataluña y sus instituciones políticas reconocen Arán como una realidad nacional occitana fundamentada en su singularidad cultural, histórica, geográfica y lingüística, defendida por los araneses a lo largo de los siglos. El presente Estatuto reconoce, ampara y respeta esta singularidad y reconoce Arán como entidad territorial singular dentro de Cataluña, la cual es objeto de una particular protección por medio de un régimen jurídico especial.”

Simple curiosidad, que a mi modo de ver no pretende más que adoptar un actitud de ejemplo de cómo siendo una nación se puede reconocer a otra en su seno. Eso sí, se les ha ido la mano un tanto, porque que yo sepa nadie ha oído hablar de la defensa a lo largo de los siglos de la realidad nacional occitana. Y si así fuese, ¿frente a quién la habrían defendido, frente a Cataluña?


Título I. De derechos, deberes y principios rectores
Capítulo I. Derechos y deberes en los ámbitos civil y social
Artículo 15. Derechos de las personas
1. Los ciudadanos de Cataluña son titulares de los derechos y deberes reconocidos por las normas a que se refiere el artículo 4.1.
2. Todas las personas tienen derecho a vivir con dignidad, seguridad y autonomía, libres de explotación, de malos tratos y de todo tipo de discriminación, y tienen derecho al libre desarrollo de su personalidad y capacidad personal.
3. Los derechos que el presente Estatuto reconoce a los ciudadanos de Cataluña pueden extenderse a otras personas, en los términos que establecen las leyes.
Artículo 16. Derechos en el ámbito de las familias
Todas las personas tienen derecho, de acuerdo con los requisitos establecidos por la ley, a recibir prestaciones sociales y ayudas públicas para atender las cargas familiares.
Artículo 17. Derechos de los menores
Los menores tienen derecho a recibir la atención integral necesaria para el desarrollo de su personalidad y su bienestar en el contexto familiar y social.
Artículo 18. Derechos de las personas mayores
Las personas mayores tienen derecho a vivir con dignidad, libres de explotación y de malos tratos, sin que puedan ser discriminadas debido a su edad.

Aquí se nota una vez más la mano progresista de IU. Hay referencias pintorescas, como la de reconocer en una norma fundamental el derecho a no recibir malos tratos. Como si no hubiese un código penal. Vamos, una serie de adornos de cara a la galería para justificar el progresismo del tripartito y al mismo tiempo para agradar a amplios sectores y así vincularlos con este proyecto. Porque aquí no falta nadie: ciudadanos, extranjeros, familias, niños, ancianos,... las mujeres vienen más adelante, no se me impacienten.


Germont

Deconstruyendo el estatuto - 12

Artículo 7. La condición política de catalanes

1. Gozan de la condición política de catalanes los ciudadanos del Estado que tienen vecindad administrativa en Cataluña. Sus derechos políticos se ejercen de acuerdo con el presente Estatuto y las leyes.
2. Gozan, como catalanes, de los derechos políticos definidos por el presente Estatuto los ciudadanos del Estado residentes en el extranjero que han tenido en Cataluña la última vecindad administrativa, así como sus descendientes que mantienen esta ciudadanía, si así lo solicitan, en la forma que determine la ley
.

Enunciado semejante al de 1979, con la diferencia de que entonces se decía los “ciudadanos españoles” y ahora, al estar proscrita esa palabra y sus derivados, queda en “ciudadanos del estado”.


Artículo 8. Símbolos nacionales
1. Son símbolos nacionales de Cataluña la bandera, la fiesta y el himno.
2. La bandera de Cataluña es la tradicional de cuatro barras rojas en fondo amarillo y debe estar presente en los edificios públicos y en los actos oficiales que tengan lugar en Cataluña.
3. La fiesta de Cataluña es el Día Once de Septiembre.
4. El himno de Cataluña es Els segadors.
5. El Parlamento debe regular las distintas expresiones del marco simbólico de Cataluña y debe fijar su orden protocolario.
6. La protección jurídica de los símbolos de Cataluña es la que corresponde a los demás símbolos del Estado.”

Como podéis ver, lo de nación aparece en todos los resquicios, con lo cual si ese término desapareciese en trámite parlamentario, habría que modificar un montón de artículos, e incluso el preámbulo.

En el texto vigente solo existe la referencia a la bandera, y no cita por supuesto la obligación de que ondee en edificios oficiales. Una vez más, se olvida la simultánea obligación de que ondee la española.


Artículo 9. El territorio
El territorio de Cataluña es el que corresponde a los límites geográficos y administrativos de la Generalidad en el momento de la entrada en vigor del presente Estatuto.

Este es curioso. Uno se pregunta cómo la Generalitat, órgano administrativo, puede tener límites geográficos. Pero todo tiene su explicación: en 1979 se decía que el territorio catalán era el de las comarcas comprendidas en las provincias de Barcelona, Tarragona, Lérida y Gerona. Claro, como no reconocemos las provincias como modelo de organización territorial, hay que inventar fórmulas rocambolescas. Y además así quedan puertas abiertas para futuras incorporaciones, que nunca se sabe...



Germont

Deconstruyendo el estatuto – 11

Artículo 6. La lengua propia y las lenguas oficiales

1. La lengua propia de Cataluña es el catalán. Como tal, el catalán es la lengua de uso normal y preferente de todas las administraciones públicas y de los medios de comunicación públicos en Cataluña, y es también la lengua normalmente utilizada como vehicular y de aprendizaje en la enseñanza.
2. El catalán es la lengua oficial de Cataluña. También lo es el castellano, que es la lengua oficial del Estado español. Todas las personas en Cataluña tienen el derecho de utilizar y el derecho y el deber de conocer las dos lenguas oficiales. Los poderes públicos de Cataluña deben establecer las medidas necesarias para facilitar el ejercicio de estos derechos y el cumplimiento de este deber.
3. La Generalidad y el Estado deben emprender las acciones necesarias para el reconocimiento
de la oficialidad del catalán en la Unión Europea y la presencia y la utilización del catalán en los organismos internacionales y en los tratados internacionales de contenido cultural o lingüístico.
4. La Generalidad debe promover la comunicación y la cooperación con las demás comunidades
y los demás territorios que comparten patrimonio lingüístico con Cataluña. A tales efectos, la Generalidad y el Estado, según proceda, pueden suscribir convenios, tratados y otros mecanismos de colaboración para la promoción y la difusión exterior del catalán.
5. La lengua occitana, denominada aranés en Arán, es la lengua propia y oficial de este territorio y es también oficial en Cataluña, de acuerdo con lo establecido por el presente Estatuto y las leyes de normalización lingüística.

Conviene tener delante el texto actual, para apreciar los cambios:
Artículo 3.
1. La lengua propia de Cataluña es el catalán.
2. El idioma catalán es el oficial de Cataluña, así como también lo es el castellano, oficial en todo el Estado español.
3. La Generalidad garantizará el uso normal y oficial de los dos idiomas, adoptará las medidas necesarias para asegurar su conocimiento y creará las condiciones que permitan alcanzar su plena igualdad en lo que se refiere a los derechos y deberes de los ciudadanos de Cataluña.
4. El habla aranesa será objeto de enseñanza y de especial respeto y protección.”

Así pues, punto 1: se establece en el estatuto (o sea, a nivel “constitucional”, para entendernos) incluso cuál ha de ser la lengua vehicular y de aprendizaje en la enseñanza. Ya no se trata de que la ley de normalización lingüística establezca determinados disparates, es que ahora se “blindan”, como dicen ellos, a través de su inclusión en la norma fundamental.
En el punto 2 aparece por primera vez el deber de conocer el catalán, hasta ahora solo un derecho, y se obliga al poder público a que establezca las medidas necesarias para garantizarlo. Pero es que luego hay todo un capítulo dedicado a derechos y deberes lingüísticos, así que volveremos sobre ello. Fijaos en la formulación: “todas las personas en Cataluña” tienen el deber. No los catalanes, sino todas las personas en Cataluña. ¿Qué trabajen, que vivan, que pasen por aquí, que estudien,...?
En el punto 3 se le imponen insólitas obligaciones al Estado desde un estatuto autonómico, exigiéndole que haga lo necesario para que se reconozca la oficialidad del catalán en las instancias internacionales.
Repito, si esto os asusta esperad a llegar al capítulo de derechos y deberes lingüísticos.


Germont

Deconstruyendo el estatuto – 10


Artículo 5 . Los derechos históricos
El autogobierno de Cataluña como nación se fundamenta en los derechos históricos del pueblo catalán, en sus instituciones seculares y en la tradición jurídica catalana, que el presente Estatuto incorpora y actualiza al amparo del artículo 2, la disposición transitoria segunda y otras disposiciones de la Constitución, preceptos de los que deriva el reconocimiento de una posición singular de la Generalidad en relación con el derecho civil, la lengua, la educación, la cultura y el sistema institucional en que se organiza la Generalidad.”

Anda que no ha dado que hablar el tema de los derechos históricos... Y lo bueno es que nadie sabe lo que son exactamente. Es la ventaja que tiene la mitología nacionalista: siempre se basa en principios ancestrales, en derechos y tradiciones que se pierden en la noche de los tiempos y que por lo tanto son indemostrables y, para ellos, indiscutibles. Como diciendo “pero hombre, si esto siempre ha estado aquí”.

Eso sí: lo que me encanta es la cita del artículo 2 de la constitución española. Claro, uno lee esta referencia y piensa “será que la constitución reconoce los derechos históricos”. Te vas a buscarlo y, oh sorpresa, esto es lo que dice: “La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas”. Y otras disposiciones de la constitución, dice luego. Hala, búscalas...Y pretende que de esos preceptos se deriva “el reconocimiento de una posición singular de la Generalitat en relación con el derecho civil, la lengua, la educación, la cultura y el sistema institucional en que se organiza la Generalitat”. Pues habrá que leer entre líneas para entender todo esto, porque de la literalidad del texto, ná de ná.

Sobre los derechos históricos, dicho sea de paso, parece ser que el tripartito hace una revelación extraordinaria en la ya famosa “caja roja” que ha enviado a políticos y periodistas para “informar”. Resulta que afirman sin sonrojo que en 1137, creo recordar, nació “el Reino de Cataluña y Aragón”. Fíjate, y nosotros sin enterarnos.

Germont

jueves, octubre 13, 2005

Deconstruyendo el estatuto – 9

Artículo 3. Marco político


1. Las relaciones de la Generalidad con el Estado se fundamentan en el principio de la lealtad institucional mutua y se rigen por el principio general según el cual la Generalidad es Estado, por el principio de autonomía, por el principio de plurinacionalidad del Estado y por el principio de bilateralidad, sin excluir el uso de mecanismos de participación multilateral.
2. Cataluña tiene en la Unión Europea su espacio político y geográfico de referencia e incorpora los valores, los principios y las obligaciones que derivan del hecho de formar
parte de la misma.

Artículo 4. Derechos y principios rectores
1. Los poderes públicos de Cataluña deben promover el pleno ejercicio de las libertades y los derechos individuales y colectivos que reconocen el presente Estatuto, la Constitución, la Unión Europea, la Declaración universal de derechos humanos, el Convenio europeo para la protección de los derechos humanos y las libertades fundamentales, el Pacto internacional de derechos civiles y políticos, el Pacto internacional de derechos económicos, sociales y culturales y los demás tratados y convenios internacionales que reconocen y garantizan los derechos y las libertades fundamentales.
2. Los poderes públicos de Cataluña deben promover las condiciones para que la libertad y la igualdad de los individuos y de los grupos sean reales y efectivas; deben facilitar la participación de todas las personas en la vida política, económica, cultural y social, y deben reconocer el derecho de los pueblos a conservar y desarrollar la identidad propia.
3. Los poderes públicos de Cataluña deben promover los valores de la libertad, la democracia,
la igualdad, el pluralismo, la paz, la justicia, la solidaridad, la cohesión social, la equidad de género y la sostenibilidad.”

La frase “la Generalitat es Estado” se ha prestado a dos interpretaciones muy diversas, según quien la quiera entender o lo que se quiera ocultar tras ella. Realmente no tiene vuelta de hoja: significa que la Generalitat es parte del estado español, y nada más. Pero a los nacionalistas les complace enormemente leer esa frase, y creo que la repiten embelesados cada noche antes de irse a dormir. Lo que pasa es que eso se da de bofetadas con el final del mismo párrafo: principio de bilateralidad. Si la Generalitat es el Estado en Cataluña, ¿con quién se aplica la bilateralidad?

El segundo párrafo del artículo 3 vuelve a ser una muestra de onanismo nacionalista. Cataluña tiene su espacio geográfico en Europa... toma, y yo que pensaba que estábamos en Asia... Pero claro, se trata de colar de rondón, camuflándolo con esta perogrullada, que Cataluña tiene “su espacio político en Europa”. Como si no fuese a través de España, vamos...

El primer punto del artículo 4 es una muestra más de cómo alargar innecesariamente un texto. ¿No bastaba con decir que “deben promover el pleno ejercicio de las libertades y los derechos individuales y colectivos”? Y el segundo párrafo del 4 es absolutamente superfluo para una persona normal, pero no para un nacionalista: es el vehículo para colar una nueva y emocionante proclama de defensa de los derechos de los pueblos con identidad propia.

Y la traca final, supongo que valiosa aportación de IU al texto, es la referencia como deber de los poderes públicos a promover ¡la sostenibilidad! Palabra que no existe en el diccionario, por cierto, pero qué más da... En Cataluña somos tan avanzados y tan progresistas que “la sostenibilidad”, sea la que sea, figura en nuestra norma fundamental.


Germont

El Estatuto de Cataluña: Diez razones del Bachiller para el no


El proyecto de reforma del Estatuto de Cataluña es un grave error político que tiene su origen en considerar a España culpable de existir.

Yo me opongo por las siguientes razones:

Primera: Porque el Estatuto está revestido de una ideología que actúa como coraza contra la realidad.

Segunda: Porque el Estatuto cultiva más el adorno que la necesidad.

Tercera: Porque va más allá de lo tolerable, y la tolerancia tiene un límite que una vez traspasado deja de ser virtud.

Cuarta
: Porque en el Estatuto, las ideas y los criterios, quedan sofocados por el oportunismo, el revanchismo, y el electoralismo.

Quinta: Porque culpar a la Constitución Española de impedir un Estatuto secesionista sería como culpar al Código Penal de la comisión de delitos.

Sexta: Porque el Estatuto es un Manual de espuma, elaborado por unos profesionales del oportunismo al margen de las necesidades de los ciudadanos.

Séptima: Porque su articulado es consecuencia del odio cultivado y desarrollado contra el talento y el sentido común.

Octava: Porque sus autores se guían por los resentimientos más cetrinos, los odios más viscerales, y sus prejuicios más frenéticos.

Novena: Porque nuestro sicodélico Presidente (quien dijo que cuanto propusiera Cataluña se apoyaría en Las Cortes Españolas) es un personaje cuyo talento ha sido reemplazado por la sonrisa gestual.

Décima. Porque algunos de sus impulsores son unos confeccionadores de camorras
Bachiller

Deconstruyendo el estatuto – 8


Artículo 2. La Generalidad
1. La Generalidad es el sistema institucional en que se organiza políticamente el autogobierno de Cataluña.
2. La Generalidad está integrada por el Parlament o, la Presidencia de la Generalidad, el Gobierno y las demás instituciones que establece el capítulo V del título II.
3. Los municipios, las veguerías, las comarcas y los demás entes locales que las leyes determinan integran el sistema institucional de la Generalidad, como entes en los que esta
se organiza territorialmente, sin perjuicio de su autonomía.
4. Los poderes de la Generalidad emanan del pueblo de Cataluña y se ejercen de acuerdo
con lo establecido en el presente Estatuto y la Constitución.”


Como curiosidad (no hay cambios respecto al estatuto de 1979) vale la pena reparar en la curiosa estructura de la Generalitat. Para muchos es el gobierno, pero no es así: como podéis ver, el concepto Generalitat integra también al Parlamento. Viene a ser como un equivalente al Estado, para entendernos.

Pero el párrafo realmente importante es el cuarto, sobre todo por su abismal diferencia respecto a lo que establecía el estatuto de 1979. este decía: “Los poderes de la Generalidad emanan de la Constitución, del presente Estatuto y del pueblo”. Ahora, por arte de magia, han dejado de emanar de la Constitución y del estatuto, proviniendo directamente, sin intermediarios, del pueblo... catalán, por supuesto. Sutil matiz, porque antes emanaban de la constitución española. Soltando amarras, vamos...


Germont

Ceuta y Melilla


Echo de menos el clamor de la izquierda ante lo que sucede en Melilla y Ceuta, o mejor dicho en sus alrededores. Todo parece indicar que la gendarmería marroquí no se desvive por evitar las cotidianas avalanchas de centenares de africanos que, misteriosamente, han cruzado miles de kilómetros para llegar hasta dos puntos muy concretos del litoral mediterráneo. Dos puntos, por cierto y casualmente, que son objeto de permanente reivindicación por parte de Marruecos y cuya desestabilización solo tiene ventajas para el reino alauí.

El caso es que las autopsias practicadas indican que los fallecidos por impactos de bala presentan las heridas en la espalda. Tampoco debería ser tan difícil para la gendarmería marroquí cubrir los escasos kilómetros de frontera sin tener que recurrir supuestamente a disparar por la espalda a los que ya han trepado a la valla. Suena duro, pero más bien tiene la apariencia de un macabro tiro al blanco, o al negro en este caso, con el que los gendarmes entretienen sus horas de guardia aparente.

Y luego está lo que hemos sabido en los últimos días: que los africanos que son repatriados por España, o los que son capturados por los marroquíes antes del asalto, son adentrados en el desierto, sus documentos quemados, y se les abandona en esa inmensa tierra de nadie sin comida ni agua.

El sultán de Marruecos no pierde ocasión de mostrar cuán democrático, humanitario y generoso es su régimen, lo cual sin duda lo hace idóneo para ser nuestro acompañante de referencia en la Alianza de Civilizaciones.

Pero vuelvo al inicio: dudo que la reacción de la turba izquierdista que nos gobierna (es un decir) fuese la misma si estos hechos se produjesen bajo un gobierno de derechas en España. No hablo ya de las punzantes escenas de un guardia civil pateando salvajemente a un negro tendido en el suelo (por cierto, una imagen más que unir al caso Roquetas, pero no seamos desleales y aceptemos que ésta no es la política del gobierno, sino casos aislados). Me refiero a la turbamulta de diputados, artistas, cantantes e intelectuales de diverso pelaje y notoriedad que hubieran pululado por las cadenas televisivas, vestidos de Coronel Tapioca, denunciando la inhumanidad de un gobierno de derechas que permitiese todo esto sin una mínima protesta diplomática. Pero ya se sabe, su reino no es de este mundo...


Germont

lunes, octubre 10, 2005

La Marcha Negra

Me supera el tema de Melilla.Los subsaharianos no vienen tras leer el BOE; se pusieron a andar hace años,coincidieron por purita casulidad. Y los vemos corriendo a todos en dirección a la comisaria por que juegan a "marica el último"No existe el "efecto llamada" sino el "efecto huida" " de la miseria y el hambre. Intentamos que no se hagan daño al saltar la muralla y nos sentimos horrorizadospor sus heridas. Nos conmueven las imágenes diarias de estos pobres desgraciados.Condenamos a los guardia civiles que defienden la frontera por no hacer el paripé. Dudamos de sus informes por no ofender al moro, Disculpamos a los moros de matar por defendernos de la avalancha, previo pago de su importe.
¡Pandilla de hipócritas! Los invitamos a más miseria y nos condenamos a nosotros mismos. Os digo que me enferma este nueva raza de beatos progres que me miran con desprecio y me condenan al infierno laico por mi insolidaridad.
Me preocupa ...¿mira que si ZP quiere que la Alianza de Civilizaciones la montemos aquí en "vivo y en directo " y mostrarla al mundo mundial?. ¿Y si nuetro proyecto de futuro es buscar todos los indi gentes del mundo y acogerlos en este próspero país. No me extraña que el tripartito catalán considerara importante poner el cupo de emigrantes en Cataluña, le voy a decir a Touriño que también nos marquemos un cupo de solidaridad.
Asistí a la marcha verde y ahora soy espectadora de la marcha negra. Esta me duele más.

Pilar

domingo, octubre 09, 2005

Deconstruyendo el estatuto – 7


Título preliminar

“Artículo 1. La nación catalana
1. Cataluña es una nación.
2. Cataluña ejerce su autogobierno mediante instituciones propias, constituida como comunidad autónoma de acuerdo con la Constitución y el presente Estatuto.”

Este merece un apartado por sí mismo. De hecho, hay dos opiniones al respecto. Básicamente, hay quien piensa que el estatuto es tan elefantiásico con la única finalidad de que entre la hojarasca de la financiación y demás, cuele el tema de la nación para así haber instalado una cabeza de puente de modo que acto seguido, una vez reconocida esta condición por el parlamento español, podamos empezar a la media hora a reivindicarnos como “nación sin estado” y comenzar a dar la murga de nuevo, aunque esta vez ya en el asalto final.

Otros piensan, por el contrario, que la nación colocada aquí, en el artículo primero, tan vistosa, busca tener el efecto deslumbramiento: que se centren “los españoles” en desactivar esta bomba tan evidente, mientras les pasa desapercibido, o al menos tienen que negociar a cambio, con el completísimo campo de minas que viene detrás, que alguna pisarán seguro. Esta visión tiene un argumento favorable, y es la afirmación que un par de veces a lo largo del proceso han dejado caer los de ERC: “total, Cataluña es una nación lo diga o no el estatuto, así que no es lo más importante”.

Me adhiero aquí a lo expresado por Arcadi Espada (que por cierto está haciendo una disección del estatuto magistral en su web): una verdadera nación no tiene necesidad de manifestarlo, y menos con tal reiteración. Dime de qué presumes y te diré de qué careces... La constitución española no dice que España sea una nación, ni falta que le hace. Menciona a la nación cuando hace falta, como cosa hecha, por encima de toda discusión. Error éste, por cierto, muy frecuente y peligroso: con los nacionalistas hay que discutirlo todo, absolutamente todo, y aclararlo todo, porque se cuelan por los resquicios y ocupan los espacios indefinidos con facilidad pasmosa.

Y en definitiva, la cuestión podría ser banal, porque a ver, ¿qué es una nación en realidad? Si seguimos la línea de Arcadi Espada y nos vamos a la RAE, encontramos las siguientes definiciones: “1. Conjunto de los habitantes de un país regido por el mismo gobierno. 2. Territorio de ese mismo país. (...) 4. Conjunto de personas de un mismo origen étnico y que generalmente hablan un mismo idioma y tienen una tradición común”. El problema es que si luego buscamos país, encontramos “nación, región, provincia o territorio”. Con estas definiciones podríamos aceptar todos sin problemas que Cataluña es una de las naciones de la cuarta acepción. Como la nación sioux, vamos, dicho sea sin ánimo de ofender.

La cuestión de fondo, de este modo, pasa a ser cuál es el concepto de nación que tienen los redactores de este estatuto, y sobre todo qué finalidad se pretende con esta inclusión que ellos saben provocadora. Es evidente que su idea de nación es la que se vincula a la soberanía y por tanto a la autodeterminación, y que la finalidad última es doble: de un lado, sembrar al menos la duda sobre la condición de nación de España, cuando no negarla directamente. De otro, obtener el ya mencionado status de “nación sin estado”, con las implicaciones internacionales que ello tiene.

Sobre el segundo párrafo, me limitaré a compararlo con su equivalente en el actual estatuto:

1. Cataluña, como nacionalidad y para acceder a su autogobierno, se constituye en Comunidad Autónoma de acuerdo con la Constitución y con el presente Estatuto, que es su norma institución básica.


Germont

Deconstruyendo el estatuto – 6

Preámbulo (final)

“Es por todo ello que el presente Estatuto establece que:
Primero.- Cataluña es una nación.
Segundo.- La Generalidad restablecida en 1931 nunca ha dejado de existir, en tierra propia o en el exilio, gracias a la tenacidad de nuestro pueblo y a la fidelidad de sus dirigentes.
Tercero.- Cataluña, afirmando sus derechos históricos, ha desarrollado y tiene una posición singular en lo que se refiere a la lengua, la cultura, el derecho civil y la organización territorial.
Cuarto.- Cataluña es un país rico en territorios y gentes, una diversidad que la define y la enriquece desde hace siglos y la fortalece para los tiempos que vienen.
Quinto.- Cataluña considera que España es un Estado plurinacional.
Sexto.- Cataluña convive fraternalmente con los pueblos de España y también es solidaria con el resto del mundo.
Séptimo.- El derecho catalán es aplicable de forma preferente.
Octavo.- La tradición política democrática de Cataluña ha subrayado siempre la importancia de los derechos y los deberes, del saber, de la educación, de la cohesión social y de la igualdad de derechos, y hoy, en especial, de la igualdad entre mujeres y hombres.
Noveno.- El acceso a los sistemas universales de comunicación, transporte, innovación, investigación y tecnología, así como el desarrollo sostenible, deben ser decisivos para los catalanes.
Décimo.- Cataluña, a través del Estado, pertenece a la Unión Europea, comparte los valores y el modelo de bienestar y de progreso europeos y ofrece su amistad y colaboración a las comunidades y las regiones vecinas para formar, desde el Mediterráneo, una eurorregión útil para el progreso de los intereses comunes en el marco de sus competencias.
Por fidelidad a dichos principios y para hacer realidad el derecho inalienable de Cataluña
al autogobierno, los parlamentarios catalanes proponen:”

El fastuoso preámbulo, redactado al parecer por el insigne filósofo Xavier Rubert de Ventós, concluye como todos los fuegos de artificio que se precien con una traca final de diez cohetes, de los cuales el tercero y el séptimo no resultan especialmente estruendosos. Pero los otros... Conviene recordar cuando se leen que los diez están encabezados por la frase “el estatuto establece”.

Primero, que Cataluña es una nación. Cosa que repite luego el artículo primero, como una especie de obsesivo ritornello, o una forma de autoconvencerse de algo de lo que no se está muy seguro. Pero es curioso: no es que Cataluña sea una nación, sino que el estatuto establece que lo es. ¿Es un lapsus? Yo creía que lo era por narices, por que sí, por derecho histórico, por tradición ancestral.

Segundo, la Generalitat nunca ha dejado de existir desde 1931. Ya lo hemos comentado en el capítulo 2. Realmente la tenacidad de nuestro pueblo durante el franquismo defendiendo la continuidad de una Generalitat cuya existencia la inmensa mayoría ignoraba fue emocionante.

El cuarto “establece” que Cataluña es un país rico en territorios y gentes. Así, por decreto. ¿En qué debe consistir ser rico en territorios? Porque un país muy grande no es que seamos... Creo que es una reminiscencia poética del himno nacional: “Catalunya triomfant tornarà a ser rica i plena”. O tal vez es un guiño referido a que, no pudiendo ser ricos en dinero por culpa del expolio español, lo somos en territorios y gentes. Pero vamos, que si el estatuto “lo establece”, pues así será, qué caramba.

El quinto me encanta, es una de mis frases favoritas: Cataluña considera que España es un estado plurinacional. Recordemos que la frase completa sería, de hecho, mucho más gloriosa: “el presente estatuto establece que Cataluña considera que España es un estado plurinacional”. Y si los españoles no están de acuerdo, pues que se lo hagan mirar. Eso sí, que no se le ocurra a nadie “establecer que España considera que Cataluña es una región”, porque la liamos. Cataluña, en bloque, como un solo hombre, ha considerado eso. No se hable más.

Y el sexto tampoco está mal, sobre todo por omitir lo que tan fácil hubiera sido incluir: “los demás pueblos de España”. No, de eso nada, se dirían los ponentes. Y añadieron una bonita referencia a la solidaridad universal, que siempre queda bien y que además introduce aquí, justo aquí, un interesante matiz que equipara a los pueblos de España con los de, por ejemplo, la Polinesia. Todos ellos merecedores por igual de la ecuménica solidaridad catalana.

El noveno es de aquellos que te hacen preguntarte sencillamente “¿y esto que pinta aquí?”: el estatuto establece que “El acceso a los sistemas universales de comunicación, transporte, innovación,
investigación y tecnología, así como el desarrollo sostenible, deben ser decisivos para los catalanes”. Pues nada, si el estatuto establece que sea decisivo, que lo sea.

El décimo tiene miga, por decir sin decir, y mencionar sin citar. “Cataluña, a través del estado, pertenece a la Unión Europea”. El estado... debe ser España, ¿no? Mención innecesaria, por tanto, pero ocasión para la autosatisfacción nacional: si le quitamos la subordinada, “Cataluña pertenece a Europa”, que es de lo que se trata. Y lo del estado es una simple cuestión administrativa. Vamos, como aquellos que juran “por imperativo legal”. La referencia posterior a la eurorregión va en la misma línea de advertir que Cataluña tiene vida propia en el ámbito internacional.

Y por último, antes de zambullirse en el articulado, redoble de tambores: “Por fidelidad a dichos principios y para hacer realidad el derecho inalienable de Cataluña al autogobierno, los parlamentarios catalanes proponen:” . Para hacer realidad el derecho inalienable al autogobierno... Volvemos a las andadas: si el amplísimo estado de las autonomías no es autogobierno, porque éste aún se ha de hacer realidad, ¿en qué estamos pensando? ¡Silencio otra vez, que la final nos van a descubrir!
Germont

sábado, octubre 08, 2005

Deconstruyendo el Estatuto – 5


Preámbulo (continuación)

“El autogobierno de Cataluña se inscribe, pues, en estos valores y objetivos, que desarrolla en el ámbito de Cataluña y que promueve en el ámbito español y el europeo, especialmente la defensa de la pluralidad de lenguas y culturas, a la que Cataluña aporta el catalán como lengua propia y común de toda la ciudadanía con independencia de su lengua de origen y de uso habitual.
Este es un Estatuto de personas libres para personas libres. La libertad política que se alcance como país nunca debe ir en contra de las libertades individuales de los ciudadanos de Cataluña, porque solo es libre de verdad un país donde cada uno puede vivir y expresar suficientes identidades diversas, sin ninguna relación de jerarquía o dependencia entre ellas.”

“El catalán como lengua propia y común de toda la ciudadanía, con independencia de su lengua de origen y uso habitual”. No lo acabo de entender, pero muy liberal no suena. O sea, que la lengua propia de todos los catalanes es el catalán, aunque hablen castellano.

No me negaréis que el segundo párrafo es glorioso: un estatuto de personas libres para personas libres. ¿Hacía falta decirlo, o es que aquí es aplicable aquello de excusatio non petita, accusatio manifesta? Porque la segunda frase inquieta un poco: “la libertad que se alcance como país (se ve que Cataluña no es un país libre, claro, de ahí este estatuto) nunca debe ir en contra de las libertades individuales de los ciudadanos”. Ya. Si es que pone los pelos de punta el mero hecho de que el legislador se vea en la necesidad de aclarar esto en el preámbulo de su constitucioncita. Parece que nos preparen para algo, como cuando el dentista nos dice no le va a doler apenas.


Germont

Deconstruyendo el Estatuto – 4


Preámbulo (continuación)

El presente Estatuto se configura como el de Cataluña y Arán, toda vez que los ciudadanos de Cataluña y sus instituciones políticas reconocen Arán como una realidad nacional con entidad propia.
Cataluña quiere avanzar, mediante el presente Estatuto, hacia una democracia de más calidad basada en un equilibrio de derechos y deberes y en la participación ciudadana. Este principio orienta la acción de los poderes públicos, los cuales están al servicio del interés general y de los derechos de los ciudadanos, como los derechos al bienestar, a la calidad de vida, a vivir en paz, a gozar de unos servicios públicos eficientes y de calidad, a la protección del medio ambiente y a disponer de un sistema de prestaciones universales que favorezcan la igualdad y la cohesión social, y la creación de riqueza y de ocupación plena y de calidad, con un compromiso permanente de lucha contra las desigualdades, las discriminaciones, las injusticias y la pobreza.
Estos derechos se ejercen conjuntamente con la responsabilidad individual y el deber cívico de implicarse en el proyecto colectivo, en la construcción compartida de la sociedad que se quiere alcanzar, organizada a partir del principio de proximidad a través de los ayuntamientos, las comarcas y las veguerías, que integran el sistema institucional de la Generalidad.”


Cataluña y Arán, dos naciones en una... Es curioso: lo que se le niega a España, es decir, la condición de nación, porque si lo es Cataluña no puede serlo la España que la integra, se admite en cambio cuando es Cataluña la que amorosamente acoge en su seno otra “nacioncita”. Esta, además, con una peculiaridad añadida y sorprendente: la reconocen “los ciudadanos de Cataluña”, además de las instituciones. Y lo hacen como “realidad nacional con entidad propia”. ¿Qué entidad? Vaya Ud. a saber. Probablemente sea una simple dosis de maquillaje de cara a la galería: ¿veis qué fácil es admitir el carácter de nación de los demás? Nosotros lo hacemos con Arán sin despeinarnos ni dramatizar, no como esos españoles...

El segundo párrafo, bueno, pues vale. Y dos huevos duros, que diría aquel, puestos a pedir. Pero en fin, nada que objetar a tan nobles propósitos. Que por otra parte podrían resultar bastante innecesarios si partiésemos de la ingenua premisa de que, siendo la Generalitat parte del Estado que se rige por la constitución española, ya está sujeta a buena parte de estas obligaciones por lo dispuesto en el preámbulo del texto constitucional.

El tercero ya es más delicado, pues establece el “deber cívico de implicarse en el proyecto colectivo”, proyecto éste que no queda del todo identificado. Cabe suponer que es el proyecto de construcción nacional de Cataluña, lo cual implicaría el deber cívico de ser nacionalista. O tal vez el proyecto político que establezca el partido que en cada momento ocupe la Generalitat. Habrá excepciones, digo yo. Por ejemplo, no vayamos a obligar a los pobres okupas a implicarse en un proyecto colectivo, que ellos van a su bola...

En cuanto a las comarcas y veguerías, se trata de un sistema de organización territorial que divide Cataluña en varias decenas de territorios y que tiene como principal virtud crear otra telaraña de cargos, intereses e influencias. Por si quedaba algún apellido de raigambre catalana sin colocar en la administración pública. Y al propio tiempo hace desaparecer en Cataluña otro vestigio de “españolidad”: la provincia.


Germont

Desconstruyendo el Estatuto - 3


“La vocación y el derecho de los ciudadanos de Cataluña de determinar libremente su futuro como pueblo, que el Parlamento de Cataluña ha expresado reiteradamente, se corresponde con la afirmación nacional que históricamente representó la institución de la Generalidad, vigente hasta el siglo xviii y después recuperada y mantenida sin interrupción como máxima expresión de los derechos históricos de que dispone Cataluña y que el presente Estatuto incorpora y actualiza.
Hoy Cataluña, en su proceso de construcción nacional, expresa su voluntad de ser y de seguir avanzando en el reconocimiento de su identidad colectiva y en el perfeccionamiento y la ampliación del autogobierno mediante este nuevo Estatuto.
De este modo, el presente Estatuto define las instituciones de la nación catalana y sus relaciones con los pueblos de España en un marco de libre solidaridad con las nacionalidades y las regiones que la conforman, compatible con el desarrollo de un Estado plurinacional.
De la misma manera, se establecen los vínculos de relación con Europa, donde todas las comunidades nacionales tienen que participar de forma corresponsable en las instituciones de gobierno y legislativas para contribuir así a la construcción europea.”

Del primer párrafo destacaría la optimista afirmación de que la institución de la Generalitat estuvo vigente hasta el siglo XVIII, y después fue ”recuperada y mantenida sin interrupción”. Por esa misma regla de tres la monarquía española jamás ha sufrido interrupción alguna. Ha estado en el exilio y minucias por el estilo, pero nada más. Igual que la Generalitat, que debió consistir durante 40 años en un pin cuatribarrado que lucía Tarradellas en Saint Martin-le-Beau. Pero claro: hay que dotar al engendro estatutario de legitimidad histórica, de pedigree. O lo que es lo mismo, desvincularlo absolutamente de lo sucedido en la Transición, no vaya a ser que a algún espabilado se le ocurra señalar que la legitimidad de la actual Generalitat proviene de la Constitución que se quieren cargar.

Al segundo párrafo: siempre pensé que la Sagrada Familia tenía un simbolismo más allá de lo religioso. Ahora lo veo claro: el “proceso de construcción nacional de Cataluña” es equiparable en duración. La Sagrada Familia es una catedral eternamente inconclusa. Cataluña es una nación eternamente en construcción, como las páginas web. La frase, despojada de subordinadas, no tiene desperdicio: “Cataluña expresa su voluntad de ser”. ¿Qué? ¿Qué puede querer ser Cataluña que no sea ya? Hemos quedado en que somos una nación, un pueblo, un país, ... ¿un estado independiente, tal vez? Shhhtttt!!! No lo digamos, que igual se enteran...

El tercer párrafo ya nos cuela subrepticiamente el término nación. Como no viene en el articulado, no tiene efectos jurídicos... pero ya está dicho. Y luego, “las relaciones de la nación catalana con los pueblos de España”. Sutil. No con España, ni por supuesto con el resto de España, sino con los pueblos de España. ¿Y cómo? En un marco de libre solidaridad. O sea, con la solidaridad que nosotros decidamos, faltaría más. ¿Y con quién? Con las nacionalidades y regiones que la conforman. Más sutil: no con “las demás” nacionalidades y regiones que conforman España según su constitución. Porque como todo el mundo sabe, nosotros ya no somos una región ni una nacionalidad.

Y el último párrafo ya anuncia la vocación universal de Cataluña: se relacionará de la misma manera (importante: nos une lo mismo con la Rioja que con Lombardía) con Europa que con los pueblos de España. Y decide unilateralmente cómo ha de funcionar la construcción europea: no a través de los estados, como pensábamos nosotros, ingenuos, sino a través de las comunidades nacionales. Pues no les queda nada a los europeos por aprender...


Germont

Desconstruyendo el Estatuto - 2


Preámbulo (continuación)

“Desde 1714, han sido varios los intentos de recuperación de nuestras instituciones de autogobierno. En este itinerario histórico constituyen hitos destacados, entre otros, la Mancomunidad de 1914, el restablecimiento de la Generalidad y el Estatuto de 1932 y el de 1979, en los que se establecía que Cataluña quería ejercer, entonces como ahora, su derecho inalienable al autogobierno.
Es en este sentido que el Estatuto es depositario de una memoria y guarda el recuerdo de todos los que han luchado y de los que fueron exiliados o incluso de los que murieron por el reconocimiento de los derechos nacionales de Cataluña y los derechos sociales de los catalanes.
Pero tanto o más que la memoria, mueven el presente Estatuto la aspiración, el proyecto y el sueño de una Cataluña sin ningún tipo de obstáculos a la libre y plena interdependencia que una nación necesita hoy.”

Curioso: “...han sido varios los intentos de recuperación de nuestras instituciones de autogobierno”. Ahora resulta que la amplísima autonomía de que gozamos desde 1979 no es en realidad autogobierno, sino “un intento de recuperación”. Parecería, entonces, que antes de 1714 disponíamos de algo diferente, de un verdadero autogobierno que aún estamos pendientes de recuperar. Falso de toda falsedad: nunca Cataluña ha gozado de tan amplias cotas de autogobierno como en la actualidad. Pero el utilizar la palabra “intento” para referirse al estatuto de 1979 lleva implícita la carga de profundidad de que lo “recuperable” siempre está un paso más allá, siempre está tras la siguiente colina, siempre tiene un solo nombre: la plena soberanía. Sí, ésa que en realidad jamás hemos tenido y por tanto no podemos recuperar.

El segundo párrafo ya empieza a establecer las diferentes categorías de catalanes: el estatuto es depositario de la memoria de aquellos que lucharon por el reconocimiento de los derechos nacionales de Cataluña. A los demás, por muchos apellidos catalanes que exhiban, que los recuerde su tía. Por traidores.

Y qué decir del tercer párrafo... “mueven el presente estatuto la aspiración, el proyecto y el sueño de una Cataluña sin ningún tipo de obstáculos a la libre y plena interdependencia que una nación necesita hoy”. O sea, que Cataluña necesita ser libre para interdepender. O sea, que Cataluña no es libre, porque tiene un obstáculo que le impide decidir con quién y de quién quiere interdepender. ¿España tal vez? O sea, que necesitamos la independencia para poder optar por la interdependencia. Fastuoso. Eso sí, tranquilos: de momento solo es “aspiración, proyecto y sueño”. Con razón dijo Benach al presentar el texto en el Congreso que “esto no es una declaración de independencia de Cataluña”. Olvidó añadir “todavía”. Porque lo que sí es, es la declaración de “la aspiración, el proyecto y el sueño” de la independencia. Eso, según el propio texto, es lo que mueve el estatuto. Más claro, agua.


Germont

viernes, octubre 07, 2005

Deconstruyendo el Estatuto -1


Preámbulo

“La nación catalana ha venido construyéndose en el curso del tiempo con las aportaciones de energías de muchas generaciones, de muchas tradiciones y culturas, que han encontrado en ella una tierra de acogida. Cataluña ha definido una lengua y una cultura, ha modelado un paisaje, ha acogido también otras lenguas y otras manifestaciones culturales, se ha abierto siempre al intercambio generoso, ha construido un sistema de derechos y libertades, se ha dotado de leyes propias y ha desarrollado un marco de convivencia solidario que aspira a la justicia social.”

Nótese el uso constante y obsesivo de ese sujeto abstracto que puede ser, alternativamente, “la nación catalana” o “Cataluña”. Sujeto abstracto e incorpóreo que, sin embargo, es capaz de definir, modelar, acoger, construir, abrirse, dotarse y desarrollar. Nunca los protagonistas son los ciudadanos, sino siempre esa colectividad que nadie conoce, que por lo tanto no puede responder, y cuya representación se irrogan tan alegremente los nacionalistas. Dejando de lado la gramática (ya que los redactores también la han dejado obviamente de lado, ¿para qué vamos a entrar nosotros en ella?), llama la atención por lo chocante que Cataluña haya incluso “modelado un paisaje”. No sé yo cuál será el “paisaje catalán”, si las montañas y los valles pirenaicos, los acantilados de la Costa Brava, las playas de arena fina de la Costa Dorada o las zonas industriales del Baix Llobregat. O quizá todos y por tanto, al haber sido todos ellos diseñados por “Cataluña”, cualquier lugar del mundo que cuente con valles, montañas, acantilados, playas o polígonos industriales debería pagar royalties a “la nación catalana”.

“Cataluña ha definido una lengua y una cultura”. Hubiera uno pensado que lo lógico sería lo contrario, que Cataluña viniese definida por su lengua, su cultura, su paisaje, etc. No, demasiado vulgar. Cataluña es el único ente del mundo mundial hecho a sí mismo, en perpetua construcción gracias al esfuerzo incansable y titánico de sus dirigentes, empeñados en conducir hasta la tierra prometida a su pueblo... pese a que a veces éste, desagradecido, no sea suficientemente consciente de lo importante de su destino

Un niño llora

Un niño llora en un supermercado. Berrea. Quiere una bolsa de Cheetos y el cromo. Se lo quiere comer ya. Berrea aún más. Su madre le dice que no, que debe esperar a que salgan por la caja y lo paguen para poder comerlo. Berrea, sigue berreando. La gente alrededor mira desaprobadoramente a la madre. ¡¡Cuidao como llora el niño!! Algunos pensaran que pobrecito. Yo pienso que esa madre se lo tiene ganado. Si ese niño llora así es porque ha aprendido que llorando, que berreando, obtiene lo que desea. Sea o no bueno para él, aprenda o no a comportarse bien.



En Psicología hay un concepto maravilloso que se llama refuerzo. Desde la campana de Pavlov hasta las cosas de Skinner, pasando por “La naranja mecánica” hay toneladas de libros que hablan de ello. El refuerzo, mecanismo básico de aprender comportamientos. Pues bien. Si reforzamos conductas como la descrita no podemos sorprendernos de que el niño aprenda eso. Si reforzamos conductas como las huelgas, como las manifestaciones, la coacción otorgándoles alguna parte de razón a aquellos que usan la violencia para imponer sus ideas, sus condiciones, difícilmente podremos pretender que no se use el mecanismo de la violencia para obtener fines, por muy alejados de la realidad que puedan parecernos al común de los mortales.



Estamos comprobando cómo tras 25 años de constitución se ha establecido la norma de que para contentar a quienes más gritan se cede en sus pretensiones y obtienen satisfacción. El político, animal acostumbrado a vivir de lo que la sociedad reclama, aprende a satisfacer las demandas de las personas intentando mantener el puesto, intentado obtener el poder. Así nos encontramos en una espiral de demandas, satisfacciones, refuerzos en la cual el que sale perjudicado es el que nada pide. Y todos nos sumamos al carro.



Hemos aprendido a pedir, no a trabajar. Hemos aprendido ha reclamar a un ente superior y todo poderoso que nos promocionará lo que deseemos con el simple hecho de conseguir movilizar a una cantidad suficiente de gente de manera que pueda ser atractivo para que algún grupo político haga de nuestra demanda bandera. Hemos aprendido, porque así se nos ha reforzado, a vivir de los demás.



Supongo que si esa madre hubiera enseñado a su hijo a pedir las cosas de manera educada, reforzando aquellas actitudes positivas, de respeto. Si hubiese enseñado a su hijo a ser responsable desde pequeño es posible, sólo posible, que de mayor sea mas capaz de valorar el esfuerzo por conseguir por sí mismo lo que desee que estar esperando a que se lo den.




Un Saludo. Bastiat.

sábado, octubre 01, 2005

LA FASCINACIÓN DE ZP

Zp esta fascinado con el lenguaje, busca palabras biensonantes, enlaza cada una de ellas con preciosismo y pasa las horas en tan grato ejercicio. Mientras en el sur, mareas de indigentes invaden pacífica y silenciosamente nuestro territorio, mientras en Cataluña un grupo de paniaguados decide qué son y qué somos nosotros, mientras los poderosos se meriendan encantados las riquezas del paÍs, mientras.... mientras cientos de etcéteras ocurren, Zp engrana discursos como un trovador tocando el laúd y, rizando el rizo de lo absurdo, Bono se encomienda a la Virgen de su pueblo (cuánta fé tienen estos progres). Sonreí el otro día con la intervención de una senadora vasca: le preguntaba a ZP qué significaba exactamente su respuesta además de bellísimas palabras de exquisito sonido, temía con razón que pasado el hechizo se diera cuenta de que en realidad no había respuesta alguna. Pues así estamos, con un presidente trovador, al que imagino metiendo delicadamente sus lágrimas en frasquitos etiquetados con los nombres de sus sueños no comprendido. Y prefiero creer en esta realidad, antes que en la de un astuto traidor que aplaude una a una sus hazañas y se frota las manos antes de diseñar el siguiente eslabón en el derrumbe de España.

Pilar Pato, miembro de FORO LIBER@L

PERDIENDO EL TIEMPO







Francesx Carreras Serra es catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad Autónoma de Barcelona y articulista habitual en el diario La Vanguardia.


Ni aun los que desde el principio hemos considerado que el proyecto de nuevo Estatut no responde a ninguna necesidad de los ciudadanos, sino que se trata, simplemente, de un instrumento al servicio de los intereses particulares de los partidos que lo han impulsado, ni aun nosotros, digo, podíamos imaginar que todo acabaría tan mal como ha terminado.

Porque, pase lo que pase en la votación parlamentaria de mañana, algo se ha acabado en Catalunya y, confusos, nos encontramos en los comienzos de una nueva etapa. Entre otras cosas, cuando menos se ha acabado con la imagen de seriedad -merecida o no- de los políticos catalanes y con la imagen -merecida o no, también- de que la política discurría en Catalunya por cauces más o menos sensatos y los políticos actuaban con prudencia y cordura, con el mítico seny, probablemente la palabra catalana que mejor entiende el resto de los españoles.

Todo esto, por lo menos esto, se ha acabado por una buena temporada y para restablecerlo habrá que dejar transcurrir un tiempo y cambiar muchas cosas, entre ellas, jubilar a buena parte de la clase política. Los responsables de haber llegado a tal situación son muchos. Desde unos representantes políticos manifiestamente incompetentes hasta unos complacientes columnistas y tertulianos, pasando por unos poderes fácticos catalanes -denominados hoy, impropiamente, sociedad civil- que siempre se avienen a todo lo que mande el poder, sea cual sea éste, en espera de que puntualmente llegue la subvención solicitada o el favor esperado.

Todos tienen una característica común: en privado dicen lo contrario de lo que manifiestan en público. En buena parte de los casos, no es que digan algo matizadamente distinto, es decir, que en público no expresen con claridad todo aquello que están pensando, lo cual sería comprensible porque entra dentro de las reglas del juego propias de las relaciones sociales. No. En muchos casos, lo que dicen en público es, exactamente, lo contrario de lo que acaban de confesar en privado.

Todo ello ha ido pudriendo los cimientos de nuestro sistema democrático, el cual debe basarse precisamente en el libre contraste de las informaciones e ideas, en la expresión de opiniones necesariamente contrapuestas, dada la diversidad de intereses y creencias existentes. Para que la sociedad catalana pueda restablecer su confianza en los poderes públicos autonómicos, deben tomarse medidas para corregir los vicios de nuestro establishment político, mediático, empresarial, asociativo y eclesiástico. Dicho en palabras al uso: la sociedad política catalana debe dejar de ser un oasis cuidando, eso sí, de no terminar siendo una jungla.

El oasis, el oasis catalán fue la gran creación de Jordi Pujol. Pujol fue mucho más que un presidente de la Generalitat: fue el máximo ideólogo del nacionalismo, el guardián de nuestras supuestas esencias, el hombre de confianza de los poderes fácticos y, a su vez, quien ejercía el máximo control sobre éstos y sobre la sociedad en general. Hace unos meses, en una apacible sobremesa, un muy conocido empresario y financiero catalán me espetó de pronto: "Para Catalunya, Pujol ha sido más dictador que Franco". "Hombre, no te pases", le repliqué un tanto perplejo. Pero continuó: "Fíjate, antes nos pasábamos el día contando chistes contra Franco. ¿Cuántos chistes has oído contra Pujol en los últimos 25 años? Ninguno, nadie se atrevía, todos teníamos miedo a que se enterara".

Más allá del sentido estricto de las palabras, hay un fondo de razón. Pujol controlaba férreamente la sociedad catalana mediante sus muchos conocimientos sobre todo el mundo y con una idea de Catalunya perfectamente dibujada en la que cada uno debía adaptarse al papel que el entonces president le había asignado previamente. Todos sabían que Pujol, al final, siempre acababa sabiéndolo todo y era implacable en sus reacciones ante las deslealtades con Catalunya, que, en definitiva, no eran más que deslealtades contra él. Núñez, Vilarasau, Vidal-Quadras, probablemente Miquel Roca y unos cuantos más podrían ilustrarnos con sabrosas anécdotas.

Pues bien, Pujol se retiró y el oasis se encuentra en una seria crisis. Curiosamente, la irrupción como elefante en una cacharrería de ERC, el despiste general -para ser suaves- del que hace gala el president Maragall y la falta de personalidad y de peso específico del resto de los dirigentes socialistas contribuyen a socavar el oasis pujolista sin ofrecer alternativas mejores. De una sociedad férramente controlada hemos pasado a un cierto caos general, sin norte, guía, plan ni timonel.

Por esto nos entretenemos con la elaboración de un nuevo Estatut del que nadie piensa que es un fin útil en sí mismo, sino que únicamente debe servir como elemento táctico o estratégico para adquirir, recuperar o conservar el poder. El espectáculo que se está dando no está sólo en las formas, en el tono de sainete frívolo que ha adquirido la política catalana. Lo peor es el fondo: el desprecio por los intereses ciudadanos, la falta de calidad de los dirigentes políticos, la ausencia de un proyecto de país coherente con los tiempos actuales.

Mientras el mundo gira a gran velocidad, nosotros seguimos mirándonos nuestro histórico ombligo, perdiendo el tiempo con un nuevo Estatut en el que nadie cree.