martes, febrero 27, 2007

Zapatero y sus hombres de paz



Un artículo de Jesús Salamanca

Me cuesta creer que la liberación del asesino etarra, De Juana Chaos, fuera uno de los compromisos entre Zapatero y ETA. Me lo cuentan varios miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y me asalta la duda. Al parecer se trataba de una política de mano tendida hacia todos los presos de la banda terrorista, como muestra de la buena voluntad del Gobierno hacia el mal llamado ‘proceso de paz’. Pero mi sorpresa es que también lo veo al día siguiente en la prensa escrita.

Ni De Juana es un hombre de paz, ni Arnaldo Otegi es el príncipe de la misma. El primero no merece estar en la calle y el segundo está asustado ante las numerosas comparecencias que tiene pendientes. Hay que reconocer que en la Fiscalía se han pasado tres pueblos con sus propuestas y planteamientos. No es de recibo que un Fiscal General del Estado aliente la ‘vista gorda’ por parte de Fiscales y Jueces para acoplar la Ley al ‘proceso de Zapatero’. Me niego a incurrir en el error de llamarlo ‘proceso de paz’. Si acaso ‘proceso Rodríguez’.

A cualquiera se le ponen los pelos de punta solo de pensar que de haber prosperado la intención de la Fiscalía podía estar en su casa el mayor asesino de la historia de ETA, riéndose de la Justicia, brindando por la ineptitud de la Fiscalía y aplaudiendo la rendición del Estado de Derecho.

A la resolución de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional no se puede hacer objeción de ningún tipo. Ante un enfermo terminal, la resolución hubiera sido otra, sin duda; pero no procede ante el chantaje, ni ante la actitud voluntaria de dejar de comer. Aunque también hemos sabido que no ha llevado la huelga hasta el final, como él mismo decía. Con la dieta blanda que sigue De Juana, muchos pasan el día con ocho horas de trabajo a cuestas. Ni los doctores que le atienden lo pueden seguir ocultando, ni al Estado debe causarle más preocupación de la justa y necesaria. Se suele coger antes al mentiroso que al cojo y a De Juana Chaos le han pillado ya en tres renuncios.

No suelo creer a Pepiño Blanco y me avergüenzo de las insensateces de Angelito Acebes. Tampoco debo creer a “GARA”; sin embargo, con la cantidad de datos que aporta, totalmente coincidentes con los que disponen los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, podríamos estar ante una brutal deslealtad del presidente Rodríguez hacia su programa, su partido, quienes le votaron, Navarra y la Constitución. El mensaje de la Justicia ha sido claro: podrá ceder el presidente Rodríguez, con toda su mala fe, torpeza e ignorancia; pero la democracia sigue siendo un fortín con garantías.

Jesús Salamanca Alonso

Publicado en: El blog de Jesús Salamanca Alonso

Análisis actual en clave de política liberal

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