miércoles, enero 03, 2007

Justicia poética

El destino depara bromas macabras. Si no fuese por la triste suerte de las dos personas desaparecidas en el atentado de Barajas, daría para mucha sorna la papeleta en que se ven en estos momentos los socialistas, en especial Rubalcaba y Blanco. Con qué nitidez vuelven a la mente los recuerdos del 12 y el 13 de marzo de 2004… Yo recuerdo, y creo que no es fruto de mi imaginación, haber visto al entonces Ministro del Interior dando explicaciones puntuales, con una frecuencia más allá de lo que una investigación en curso parecía aconsejar, sobre todos los pormenores del salvaje atentado. Lo que ahora se dice “en tiempo real”, vamos: nos íbamos enterando sobre la marcha, prácticamente al minuto, de cómo avanzaban las indagaciones, y de la forma en que se iban abriendo nuevas vías de investigación que conducirían en 60 horas a la detención de los primeros islamistas presuntamente implicados. También creo recordar los gritos de “Aznar asesino, PP asesino”, y los cercos a las sedes populares en tono no precisamente amistoso.

Ayer escuchaba con una mezcla de estupor y aturdimiento a D. José Blanco expresando su disgusto por que el PP no hubiese cerrado filas con el gobierno socialista ante la salvajada de ETA en Barajas. Y veo también cómo casi 90 horas más tarde no se sabe nada, y de lo que se sabe no se informa. El ministro Rubalcaba, el del “queremos saber, el de “España no se merece un gobierno que mienta”, elude cualquier pregunta escudándose en el progreso de las investigaciones, e incluso asegura a un periodista audaz que no cabe esperar prontas detenciones. Y lo más curioso: han estallado, al perecer, cerca de 500 kilos de explosivo, y aún no sabemos de qué tipo…
Y oigan, que no me parece mal ninguna de las dos cuestiones: que ante un atentado terrorista la oposición apoye al gobierno, y que hallándose en curso una investigación el gobierno sea discreto. Pero caramba, qué poco ha tardado el destino en hacerles probar una pequeña dosis de su propia medicina. Pequeña, sí, muy pequeña, porque lo de marzo de 2004 fue una obra maestra de agitprop, pero no deja de ser cierto que el tiempo acaba poniendo a cada uno en su sitio. Por cierto, que Zapatero está en el suyo: al parecer volvió raudo a Doñana. Lejos de la realidad, siempre terca y molesta.
Germont

No hay comentarios: