martes, octubre 17, 2006

Qui s’han cregut que som???


¿Recordáis a Pujol tronando iracundo, con la yugular a punto de estallar, ese “quién se han creído que somos” cuando se le propuso a CiU no sé qué? Va siendo hora de que los convergentes respondan a la misma pregunta, aunque no la formulemos con tanta ira ni tanta vehemencia.

¿Quién se han creído estos señores que somos los votantes catalanes? La payasada del compromiso notarial denota única y exclusivamente la confianza y el valor que a su propia palabra le da el candidato Mas: es consciente de que su credibilidad dista mucho de la que tenía (cuestión distinta es que la mereciese) Pujol, y no se le ocurre mejor gansada que firmar ante notario una serie de promesas vacuas y grandilocuentes, que sin duda sus equipos jurídicos habrán mirado con lupa antes de plasmarlas en papel timbrado, no sea que algún ciudadano tocapelotas acabe demandándoles por incumplimiento de contrato o denunciándoles ante la fiscalía por falsedad en documento público.

¿Quién se ha creído Pujol que somos los que votamos al PP en Cataluña para decir, como afirmó en entrevista reciente a La Vanguardia, que pactar con los populares era no solo política, sino moralmente imposible? ¿El gran Ubú sigue queriendo dictar las normas morales de la sociedad catalana? Si Cataluña ha de regirse por la moral implantada en 23 años de pujolismo, vamos aviados. En ningún lugar de España y en ninguna época reciente la corrupción de guante blanco floreció con tanto esplendor como bajo el mandato de Pujol. Empresarios, jueces, políticos, periodistas, funcionarios y oscuros aparatchik de la coalición usaron y abusaron de los fondos públicos y de la palabra Cataluña para enriquecerse y perpetuarse en el poder, condenando a las tinieblas exteriores al nacionalismo a los temerarios y escasos discrepantes que se atrevían a hacerlo en voz alta.
¿Quién se cree Mas que es para elevar a escritura pública ese mismo compromiso, reedición convergente y aprovechada de lo peorcito del Pacte del Tinell, señalando así con el índice acusador a unos cuantos cientos de miles de ciudadanos, casualmente los mismos que se ven acosados y perturbados en sus mítines y reuniones por grupos de espontáneos que, casualmente también, siempre tienen en la boca el nombre de Cataluña? ¿Se ha parado a pensar CiU que si tan mal le fue, si tanta factura le pasó su pacto con el PP en otros tiempos, tal vez fuese por los continuos aspavientos que sus dirigentes hacían para escenificar que pactaban con la nariz tapada?
Yo he votado en alguna ocasión a CiU, guiado por el triste concepto del voto útil. Llegados a este punto, solo cabe el voto digno, y ése nunca puede ir a parar a un candidato o una coalición indignos. Tiene razón Pujol: para mí también es moralmente imposible votar a CiU, igual que para él es moralmente imposible pactar nada con el PP que tantas concesiones le hizo otrora.
En cualquier caso, una indudable ventaja sí tiene esta postura teatral: dejar bien claro al posible votante convergente que Mas solo será presidente con Carod a su vera. Voten ustedes a Mas, y estarán dando su voto a Carod, Puigcercós, Tardà y Puig. Voten a CiU y gobernará ERC.



Germont

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