lunes, septiembre 29, 2008

El cambio climático: una amenaza para los pueblos indígenas


Interesante artículo en el que se muestra la realidad, que nos acompaña desde que existimos, del cambio climático, y la necesidad de adaptarnos. Basta ver la historia del Sahara de estos últimos 10.000 años como para saber que ahí también hubo siglos húmedos.

Por Jesús Domingo para http://www.aragonliberal.es/

Sobre el tema: Cambio Climático, parece que se trataba de una moda, ya que hemos pasado de ser único aspecto importante en la vida de los hombres a quedar en el ostracismo, a nuestros políticos les preocupa más como controlar la población, matando a no nacidos y a ancianos que buscar soluciones a aquello que había de ser el final de los tiempos. Pienso que es bueno recordar que el cambio climático no es una moda, sino una realidad natural contra la que hay que ir buscando adaptaciones, todo sin alterar la vida ni preocupar sin motivo a los ciudadanos, por eso puede ser interesante el comentario a algunas informaciones que sobre el tema ha dado la FAO.

La FAO dice que: "Los pueblos indígenas son de los primeros en padecer los efectos adversos de unas condiciones meteorológicas cada vez más difíciles y variables y la falta generalizada de autonomía para reivindicar bienes y servicios a los que otros grupos de población tienen mayor acceso".

Y es que diversos grupos indígenas se ganan la vida en entornos vulnerables: en zonas montañosas, en el Ártico, en junglas o en tierras áridas, y por tanto suelen ser los primeros en percibir y sufrir los efectos del cambio climático. Sin embargo, los indígenas no sólo son víctimas del cambio climático, también pueden desempeñar un papel fundamental ayudando a la adaptación mundial al cambio climático. En Perú, por ejemplo, durante la última temporada de siembra sólo sobrevivieron a las heladas sin precedentes las patatas plantadas de forma tradicional.

Las comunidades indígenas suelen ser las depositarias de habilidades y conocimientos únicos, y de la diversidad genética y biológica de la producción animal y agrícola que podrían ser vitales para la adaptación al cambio climático. Aproximadamente el 80 por ciento de la biodiversidad mundial existente hoy se encuentra en los territorios donde residen los pueblos indígenas.

Actualmente se estima, según la FAO, que la población indígena asciende a unos 370 millones de personas que representan por lo menos a 5.000 grupos indígenas distintos en más de 70 países. Solamente en la cuenca del Amazonas hay unos 400 grupos indígenas diferentes. La defensa de la recuperación de las tierras ancestrales, la autodeterminación de los pueblos indígenas y sus derechos humanos son sus principales reivindicaciones.

Los pueblos indígenas suelen estar entre los más marginados, con unos niveles de pobreza y vulnerabilidad más elevados que los de otros grupos de población en África, Asia y América Latina.

Derecho a la tierra
Sólo unos pocos países han reconocido los derechos ancestrales y tradicionales a la tierra, la piedra angular de los medios de subsistencia de los pueblos indígenas. La falta de voluntad política y de reconocimiento legal de los derechos indígenas en marcos jurídicos nacionales y regímenes de propiedad de la tierra, las diversas formas de discriminación y las políticas inadecuadas para los pueblos indígenas limitan sus derechos a la tierra.

En África subsahariana la inseguridad en la tenencia de la tierra está aumentando en la región como consecuencia de los conflictos violentos, la creciente competencia, la degradación de los recursos naturales y los efectos adversos de la pandemia del VIH/SIDA. Ello ha dado lugar a una mayor vulnerabilidad de las comunidades rurales y a un elevado numero de casos de pobreza y hambre extremos.

En los últimos años la FAO ha desarrollado actividades para mejorar la seguridad de tenencia de la tierra de la población rural pobre, incluyendo los grupos indígenas en el África subsahariana. Entre ellas figuran proporcionar a los grupos desfavorecidos mayor control sobre las decisiones, especialmente las relacionadas con los recursos naturales, y mejorar la capacidad legal de la población rural pobre para asegurar sus derechos a la tierra. Otros objetivos son conseguir una mejor concienciación y acceso a la información legal, y crear instituciones rurales y procedimientos simplificados para asegurar la tenencia de la tierra y de los recursos. También han identificado buenas practicas en diversos países de África subsahariana y del Pacifico que pueden ser de gran utilidad para cuando se den las catástrofes predichas por los profetas del cambio climático.

JDM

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