jueves, febrero 14, 2008

Miserable radicalismo

Por Jesús Salamanca


Me ha parecido ridículo, por no decir esperpéntico, ver a los ‘titiriteros’ pedir el voto para el presidente Rodríguez. Han demostrado una actitud servil, propia de besamanos; aunque no tenían otra alternativa después del graciable canon. Do ut des.

En democracia lo más interesante es saber hacer el ejercicio de la crítica y, si es constructiva pues mejor. Hasta ahí no han llegado los de la plataforma que apoya a Rodríguez. Su apoyo bananero ha tenido un sustento ideológico cuya manifestación ha sido el insulto puro y duro. Han llamado de todo a los votantes del Partido Popular y al propio partido. Ya lo hicieron antaño con el “Prestige” y lo han vuelto a repetir.

No dan más de si. Miserables los ha habido en todas partes y en todo tiempo. No entiendo los insultos de la plataforma, como tampoco entiendo eso de que la alegría sea una trinchera. Esta gente no ha evolucionado. Sigue con el lenguaje ‘guerracivilista’, propio de la siniestra sin civilizar, hortera y anquilosada. Ya son mayorcitos para saber que la alegría no es una trinchera, sino una sensación, un sentimiento o, exagerando un poco, como diría el poeta, un estado del alma.

Comparto plenamente la crítica que ha hecho Álvaro Pombo al respecto. Del mismo modo que comparto su afirmación respeto a que “no hay que atrincherarse en España. Hay que salir a la intemperie”. Tal vez los ‘titirifachas’ pretendan atrincherarse para apoyar a De Juana Chaos, proteger a Arnaldo Otegi, seguir manteniendo el espíritu negociador con ETA o financiar a ANV. Si esa es su guerra, para ellos solitos. Con su pan se la coman.

Me hubiera gustado verles en el País Vasco, defendiendo la democracia y enfrentándose a la ‘serpiente’. Pero, claro, la culebra venenosa ha sido la socia soterrada del presidente Rodríguez y su Ejecutivo. No se puede hacer un feo al jefe, y menos si te da jugosas subvenciones. No podía haberles definido mejor Álvaro Pombo: “La babosa sumisión al poder me parece servil”.

Hay otros ‘titiriteros’, aunque de la familia más radical de la equivocada política, que no han aparecido ahora. Son los gallegos de la denostada plataforma ‘Nunca Màis’. Aquellos que llamaron asesino a Aznar y a todo el que se cruzaba en su camino, con el único objetivo de apoyar al socialismo y dañar al Gobierno de aquel momento. Aquellos mismos a quienes Galicia solo les importaba para acercarse al ‘pesebre’ de la Administración, como así han hecho entre el PSG y el BNG. Aquellos que, en muchos casos, se enfrentaron a los españoles que fueron a limpiar las costas del chapapote al grito de “Galicia, para los gallegos, fuera españoles”.

Un tercer grupo de energúmenos han hecho su reciente aparición en la Facultad de Económicas de Santiago de Compostela. No solo la han tomado contra María San Gil, sino que le han acusado de españolista y de terrorista. Curiosamente esos mismos grupos del radical y vulgar independentismo gallego no se han hartado de vitorear a ETA, Segi Y Jarrai. ¡Ver para creer! Es muy peligroso que Galicia y Cataluña copien las formas radicales vascas. Seguro hay muchas cosas buenas que se podrían copiar. Torpes hasta para eso.

“Españolistas fuera de Galiza”, no solo se lo han restregado a María San Gil, también lo hemos tenido que soportar muchos otros cuando hemos acudido a Galicia como conferenciantes, visitantes, turistas o admiradores de esa tierra. Malos derroteros toman los radicales. Lo peor de todo es que están tomando posiciones. Habrá que ver para qué exactamente; aunque creo que pierden el tiempo. Decía Benjamín Franklin que “si el tiempo es lo más caro, la pérdida de tiempo es el mayor de los derroches”.

Jesús Salamanca Alonso

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