viernes, enero 25, 2008

Tsunami integrista


Por Germont.


Los nacionalistas se ponen nerviosísimos cuando les sacas la lengua. Me refiero a que les saques a relucir como tema de debate la cuestión lingüística. Sus reacciones siempre son desmedidas, desproporcionadas, feroces, llenas de patrias, traiciones, divisiones, segregaciones, genocidios y casi holocaustos. Calma, señores, calma, que tan sólo estamos hablando de política lingüística, es decir, una más de las ramas de la política en general. O sea, que viene a ser lo mismo que hablar de política sanitaria, o de infraestructuras, y nadie se rasga tanto las vestiduras. Dicho sea de paso, a los nacionalistas les deben quedar ya pocos ropajes por rasgar, dado que el dramatismo que le echan a todo, incluso lo más nimio y cotidiano, les debe ocasionar un gasto tremendo en zurcidos y renovación de fondos de armario.

La última acusación ha sido nueva, y algo más original: de tsunami integrista han calificado la propuesta del PP, que recogía algo tan temerario y provocador como pretender que en España se pueda estudiar en español en cualquier punto de la geografía nacional. Inaudita propuesta, ¿verdad? Pues eso. Aclaro: nadie ha dicho que no se enseñe el catalán a todos, ni que no se pueda estudiar en catalán. Unicamente se han atrevido a prometer tímidamente que garantizarán la posibilidad de que cualquier padre que lo desee pueda escolarizar a sus hijos en castellano, aprendiendo simultáneamente el catalán. Ni por esas: quieren segregarnos, quieren dividirnos, quieren crear dos Cataluñas... por Dios, como si no hubiese suficiente con una.

Su problema es que intentan tapar con grandes aspavientos la carencia total de argumentos, actitud muy propia de dos especies del reino animal, los nacionalistas y los pavos reales. Y es que sus propias afirmaciones se vuelven en su contra. Vamos a ver, si durante años nos han estado insistiendo por activa y por pasiva en que al finalizar la etapa de escolarización todos los niños dominan por igual el catalán y el castellano, por mucha apnea lingüística que hayan practicado, ¿cuál es el problema en el caso inverso? Tomando su propio argumento, resultará evidente que un niño sumergido en castellano experimentará un empuje equivalente al volumen de catalán desplazado... no, eso era otra cosa, perdón: que un niño que estudie en español y tenga el catalán como asignatura, con todas las horas que hagan falta, acabará su enseñanza dominando exactamente igual ambos idiomas. Y si no es así, es que la otra premisa también era falsa. Mira que si fuese eso...

De todos modos, en este tema harían bien los proponentes en eludir debates estériles o técnicos, y ceñirse a un concepto esencial e irrebatible en este caso: es la causa de la libertad la que está en juego. El planteamiento es simplísimo, como resume espléndidamente Arcadi Espada hacia el final de su artículo.



Germont

1 comentario:

cartapacio.liberal dijo...

Germón: si te parece te publicamos en www.aragonliberal.es

Es integrismo hablar castellano, (español), defender la vida, defender la familia, ser leal a las promesas, creer en la justicia.

Es progresismo ser excluyente, defender la muerte, defender la separación matrimonial como lo óptimo, mentir y ser desleal, manipular la justicia...

Pero los españoles han elegido la progresía. ¿Saben lo que han hecho? Rectificarán?

frid