viernes, septiembre 14, 2007

Desde mi trinchera liberal: Pitoniso Solbes


Las previsiones en economía suelen ser agradecidas. Como dicen los clásicos, Economía es decir que mañana va a pasar X y pasado mañana explicar por qué no pasó esa X. Solbes acaba de sacar brillo a su bola de cristal, y ha profetizado que los tipos se estabilizan, e, incluso podrían bajar.



Solbes ha decidido entrar de lleno en el teatro electoral. Quizá cansado de ser el jarrón chino del gobierno que, se ponga donde se ponga, estorba a todos, y al que atizan unánimes. Lo mejor es contextualizarse, ha pensado Solbes. Ser uno más en la charanga gubernamental.



La semana pasada, en declaraciones a la SER, cadena oficial del régimen, Solbes pintó un paisaje de la economía española mucho más sombrío, con parada y fonda en la incertidumbre. Nos habló de dudas, de volatibilidad, de inciertos panoramas. De todo aquéllo que, en definitiva, hace que el dinero busque escondite. De todo aquéllo que Zapatero se esfuerza en maquillar. Nos quedan casi doscientos días de cosmética.



Zapatero no supo elegir otra forma de contraprogramar el discurso de su vicepresidente y ministro de economía, que apoyarse en Botín. Desde los tiempos de Alfonso Guerra, Botín sabe que a un gobierno socialista se le ayuda cuando así lo requiere. Lo contrario, sería encaminarse hacia el abismo, los expedientes equis y Arenillas de sabueso. Así que no hizo objeciones a la foto con Zapatero, y le regaló los oídos con el guión que quería oir: España es el wonderland de la economía.



Trichet acaba de declarar, dejando los discursos triunfalistas en un callejón sin salida, que la economía aún se mueve en la incertidumbre, y que nuevas subidas de tipos no son en absoluto descartables. Qué gran oportunidad perdió usted de haber estado callado, Sr Solbes.

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