domingo, noviembre 26, 2006

Hacer de la necesidad virtud

En una reunión, insólita por única, de Ibarretxe con la Asociación Andaluza de Víctimas del Terrorismo, el lendakari subrayó que es “justo” reconocer que en el pasado “no supimos, no acertamos a transmitiros adecuadamente nuestro cariño” y reiteró su intención de trasladar a las víctimas “un mensaje profundo de reconocimiento, de memoria y de paz” y opinó que la paz “merece la pena”.

¿Seré muy grosero y mal pensado si traduzco libremente? Tanto da, lo haré igual: “en el pasado no os necesitábamos, no requeríamos vuestra aquiescencia para cerrar “el proceso”, y por tanto no precisábamos mostraros un cariño y un reconocimiento que en realidad no sentimos en absoluto”. Otra traducción, ésta libérrima: “venga, coño, no nos hagáis esta putada ahora que estamos a punto de conseguir nuestro objetivo. Os queremos mucho, y pelillos a la mar”.

Años, décadas condenando “la violencia, venga de donde venga”. Lustros de subterfugios, eufemismos y elusiones, para ahora venir a mostrar cariño. Cuántas exaltaciones del gudari vasco hemos tenido que aguantar, cuántas condenas formales y vacuas, cuántos funerales clandestinos, cuántas subvenciones y ayudas a los familiares de los terroristas presos, cuántos favores académicos a los asesinos detenidos, cuántas calumnias sobre las actuaciones policiales, cuántas nueces recogidas, lendakari…

Y ahora cariño a raudales. Los cocodrilos lloran, las hienas ríen y los osos abrazan. Y sin embargo nadie se toma en serio tamañas muestras de sentimiento ni se quedaría un minuto a su lado a compartirlas. Pues eso.


Germont

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