jueves, septiembre 21, 2006

"La ciencia lo dice, y yo no miento"

No sé si recordáis esta leyenda que aparece en las etiquetas del anís del mono, pronunciada por el monito en cuestión, sí, ése que es igualito que Rubalcaba si lo miráis bien (bueno, hay otras versiones: una dice que representa a Darwin y otra a mi bisabuelo, pero eso ya os lo explicaré otro día).

Pues acabo de leer algo parecido:

"El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha asegurado: "El Ministerio del Interior no ha falsificado jamás un documento. Jamás. Es rotundamente falso". "


Pues claro, es la verdad del barquero: "el ministerio" no puede falsificar nada, no tiene manitas, ni vida propia, ni voluntad. El ministerio no falsifica, ni el estado, ni la policía. Pero tal vez un ministro, o un funcionario, o un policía sí.

Que se querelle de una puñetera vez y salgamos de dudas. Que alguien se vea obligado a explicar ante un juez (ante el Congreso no, porque los parlamentarios quieren ser sordos, ciegos y mudos... bueno, mudos no) cómo es posible que haya dos informes con el mismo número, firmados por peritos distintos, en días sucesivos, con el mismo objetivo, sobre la misma materia prima, y uno con observaciones y otro no. Que nos digan si uno es falso o si ambos son auténticos. Y si ambos son auténticos, porqué al juez se le remite el que dice simplemente qué materia es, sin emitir ninguna conclusión, y porqué se le oculta el otro, y porqué en uno los funcionarios se lanzan a emitir hipótesis y en el posterior no, y quién encargó cada uno de ellos, y en qué consistía el encargo, si se pedían conclusiones y referencias a otros casos o no, o si se pidieron en el primero y, como no gustaron, se le dijo al segundo que se limitase a certificar que estábamos ante ácido bórico.

Que se querelle, coño.



Germont

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