jueves, junio 01, 2006

Noche de Walpurgis

Algo así padecimos ayer en Cataluña: en TV3, entrevista de hora y cuarto en riguroso directo con Rodríguez, y en la Uno simultáneamente el Loco de la Colina charlando amigable con Bono. Ambos, Bono y ZP, en plena forma. Estuve haciendo "zapping masoquista" y llegue a la desoladora conclusión de que estamos ante auténticos tiburones no ya de la política, sino de la imagen.

Bono estuvo irónico, suave como un peluche, simpático, llenándose la boca de amor a Ejjjpaña, y aprovechando cualquier resquicio para mandarle un viaje al PP. Dos ejemplos: le preguntan si está de acuerdo con algo de lo que dijo Rajoy en el discurso de anteayer. Dice muy serio y asintiendo enfáticamente que sí. Aguzo el oído expectante, justo a tiempo de verle el brillo del colmillo al decir "sí, cuando al final de su discurso dijo 'se me acaba el tiempo'". El otro: le preguntan por la famosa medalla que se autoconcedió y luego devolvió. Después de hacer profesión de humildad y de recrearse en el medallero de no sé qué vírgen de su tierra, lanza el misil: "pero en cualquier caso se devolvió y tan contentos, no como la que tuvimos que pagar a los lobbies americanos para que se la concediese el Congreso de EE.UU. a Aznar, que costó mucho dinero a los contribuyentes y nunca lo hemos recuperado".

Y en cuanto a Rodríguez... Mónica Terribas es una gran entrevistadora pese a su radicalismo separatista, lo hemos dicho otras veces. Rodríguez hizo esfuerzos inenarrables para alargar sus respuestas a fin de eludir algunas preguntas pero ella no le dejó, jamás deja que una pregunta quede sin contestar. Digamos que la escenografía era idílica: en los jardines de La Moncloa magníficamente iluminados con el edificio como telón de fondo, dos sillas de jardín, el viento agitando los árboles, cámaras fijas y otras en grúa que realizaban espectaculares picados y tomas elevándose por encima de las copas de los árboles para enfocar incluso la Luna,... Solo les faltaban unos martinis en una mesita, y un violinista húngaro interpretando melancólicos sones magiares. A la periodista, que insisto hizo bien su trabajo, se le notaba un arrobamiento próximo a la seducción más absoluta. Primeros planos de un Rodríguez siempre sonriente y tuteando a Mónica, aunque ella le trataba lógicamente de Sr. Presidente. Ambiente plácido, relajado, fresco, cordial. Respuestas llenas de términos como futuro, avance, progreso, juventud, diálogo, esperanza, confianza, seguridad, paz, lealtad...

Lo confieso: sentí envidia. En ambos casos sentí envidia de unos líderes que traspasan cámara, a los que muchísima gente cree, que seducen, que venden futuro, aunque muchos intuyamos que es una mercancía averiada, que tienen la habilidad de encontrar cualquier pretexto, de darle la vuelta a cualquier pregunta, aunque no venga al caso, para clavarle una banderilla vistosa y pinturera a un rival que se limita a embestir contra todo lo que se mueve sin darse cuenta de que los trapos rojos que le exhiben le llevan precisamente por donde quieren llevarle.

En fin, desde la discrepancia más profunda en lo ideológico y lo moral, mi admiración más sincera en el aspecto mediático y del marketing político. Chapeau!

Y una última acotación, al hilo de lo que decía el otro día Elorriaga sobre la eficacia o no de querellarse contra Izaguirres, Álmodóvares o Bosés: no le falta razón. Imaginad el escenario: Almodóvar condenado a una multa por injurias al PP; los titiriteros en pleno recogiendo dinero en los escenarios y plazas para sufragar su importe; los grandes divos de la "cultura" haciendo ostentosamente sus donativos y organizando espléndidos homenajes; el director español más laureado, incluso en los oscars, pregonando en todos los foros internacionales que "la derecha española le persigue por expresar sus ideas",... ¿Buen negocio? Qué queréis que os diga... Me temo que hay que buscar otras tácticas.

Germont

2 comentarios:

Jesús dijo...

No tienes mucho de que preocuparte, la gente,(me refiero a la gran mayoría), a esas horas ve otros programas. Pero tienes razón. últimamente lo están haciendo muy bién.

Anónimo dijo...

o era en el libro "1984" donde todos los televisores daban el mismo mensaje (ahora recuperado para V de Vendetta). Así el mensaje llega sí o sí a la audiencia. Hemos pasado de un modelo de desinformación a otro más sutil, pero igual de malo. Gracias al correcto empleo de las herramientas del marketing, en plena campaña por la aprobación del Estatut tendremos que presenciar los mítines pro-Cataluña en un lado y los mítines pro-Egpaña en otro. Así se compensa a la audiencia por aquello que unos quieren oír y aquello que no se puede decir.

Si además tienes unos personajes con mucho tirón mediático como Bono, todo lo demás de perdona, incluso haber sido uno de los peores ministros de la democracia.