viernes, noviembre 27, 2009

Los frenos al nuevo orden mundial



Por: Federico Rodríguez de Rivera

En Aragón Liberal.- La teoría de la democracia ideal, sostiene una garantía, que se ha demostrado que no es la única, para la libertad, es la separación de los tres poderes: legislativo, ejecutivo y judicial. Eso no es suficiente porque, ya Aristóteles y Platón hablaban de la corrupción de los sistemas de gobierno según lo fuese la base social, la oligarquía o el soberano. Todo pivota sobre la bondad y capacidad del que gobierna.

La democracia degenera en populismo si el pueblo es corrupto. Ojo, los populismos sólo son posibles si hay una gran mayoría que "ama vivir sin trabajar" y hay un profeta que les dice que eso es posible. Por eso, un nuevo orden mundial podría ser más de lo mismo: "un populismo planetario". Y es que la cultura del trabajo no está implantada mayoritariamente en la sociedad.

Si el trabajo es un castigo o, sencillamente, algo que no hay más remedio que hacer para comer, si alguien nos libera de trabajar seríamos felices. Y, el trabajo más laborioso es el ¡¡¡pensar!!! que fácilmente delegamos a los creadores de sofismas.

Un orden social que no respete los diez mandamientos es un orden cojo, es un desorden. La construcción social armoniosa y pacífica requiere tres patas: armonía con uno mismo, armonía con los demás y armonía con Dios. Por eso, porque los hombres raramente adquieren ese todo armónico, el orden mundial es una utopía, y como toda utopía: un imposible. Y no hay nada más peligroso que intentar fabricar imposibles utilizando a los seres humanos como piezas de diseño.

Podemos costruir un mundo más justo, no "el mundo de la justicia en la tierra", siendo nosotros más justos y haciendo una opción de voto y elección a favor de políticos justos. Pero eso no basta: hay que respetar también una "técnica" natural que podríamos llamar "subsidiariedad en cuatro niveles". Primero la persona, segundo la familia, tercero el Estado Nacional y como último el "nuevo Orden Mundial".



Ese nuevo Orden hoy está representado en "mega poderes": La ONU y la Unión Europea que están hoy controladas por los abortistas, los partidarios de la ideología corrosiva mal denominada de género, por los enemigos de la familia y de la vida humana; USA que cae a veces en manos de personas con ese perfil; y otras organizaciones económicas y sociales del mismo perfil. ¿Serán ellos los que respetarán el principio de subsidiariedad? un rotundo No es la respuesta correcta.

La presión sobre Irlanda para implantar el aborto, la condena a Polonia por no equiparar lo homosexual a la sexualidad natural, la condena al Estado Italiano por los crucifijos en las Escuelas, la presión internacional sobre los países de América Latina para que legislen contra natura es una muestra que ese "Orden mundial" hoy en día está dominado por las "fuerzas del mal", ¿el demonio super activo, o bien los hombres haciendo su papel, o ambos en connivencia?

Un orden mundial que se autolimitase en su capacidad de poder sería realmente un milagro, de esa posibilidad, habla Benedicto XVI en su Encíclica Veritas in Caritate. Y estas serían algunas consideraciones necesarias para avanzar bien por esa senda:

"Construir una sociedad sin Dios es construir una sociedad contra el hombre"

"La Autoridad Mundial no puede sustituir la idiosincrasia, pluralidad y cultura de los pueblos"

"Se debe garantizar el derecho inalienable de la vida desde su concepción hasta su consunción natural"

"La familia es la primera estructura social que tiene su propio ámbito competencial"

"La educación es tarea fundamental de la familia, el Estado está para ayudar, no para imponer"

"El respeto a la libertad exige que se respete la posibilidad de practicar una religión, de cambiar de religión, de educar a los hijos en la religión de los padres, de hablar de las propias convicciones, también las religiosas"

"La capacidad natural de asociación debe respetarse y fomentarse"

"Los impuestos no pueden dirigirse a fines que violentan las convicciones de los súbditos"

"Ante los conflictos entre legislación y conciencia, se debe respetar el derecho a la objeción de conciencia"

Y tantos y tantos derechos que hoy conculcan los constructores de ese utópico "Orden Mundial" que nos promete libertad, felicidad y vida sana y nos fabrica esclavitud, tristeza y muerte a la carta.

frid