viernes, mayo 25, 2007

Desde mi trinchera liberal: Zapatero es así


Quizá hayan ustedes oido la anécdota de aquel profesor de química que estaba explicando en clase las propiedades del plomo. El plomo, decía, es un metal blando, maleable y dúctil. Denso y pesado, de un color gris opaco. Es mal conductor de la electricidad y poco resistente a la tracción. Es inelástico, se funde con facilidad, es anfótero y tremendamente tóxico. El profesor siempre acababa su exposición sobre este metal de la misma forma: No crean que tengo nada personal contra el plomo. Es que el plomo es realmente así.


Como Zapatero, que también es "así": no hay esquina por dónde cogerlo. Es un abanico de desprópositos, un plumón de la mentira, un zapatero descurtiendo el suelo de nuestra patria, descosiendo sus junturas, claveteando pactos del Tinell y estatutos que casi nadie vota.


Un gran error de presidente, un accidente de altísimo coste. Convierte a las víctimas en verdugos, les niega el respeto debido, la admiración sentida. A los verdugos los canoniza como mártires de un conflicto de responsabilidad compartida. Hombres de paz, los llama, y los saca a lucir palmito por San Sebastián. ETA es una gran ONG, y Zapatero recompensa sus servicios. Así se retrata. Dispuesto a tirar de calculadora y pactar con terroristas. Contra toda dignidad.



Llama al rencor , memoria histórica, a la incompetencia, ley de cuotas, y a la paz, Afganistan. Al mariconomio, como dice mi amigo Harris King, lo llama matrimonio y sólo falta que lo convierta en práctica obligatoria, asignatura troncal en los colegios y en mérito curricular para el funcionario. Discriminación positiva puede que lo denominen. Una CNMV de trabuco y bandolera, una política exterior de boina roja, abrazo de orangutanes y gran don de profecía. Apostó por Kerry, y Barrió Bush, llamó a Merckel fracasada, y ahí está, rigiendo el futuro de Alemania, se fue a apoyar a Segolene Royal y la hundió definitivamente.


No es que tenga nada personal contra Zapatero. Es que realmente es así. En las urnas nos espera. O hace las maletas él o las acabaremos haciendo usted y yo.

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